Los clanes de la droga del barrio de Corea se servían de menores para vender la marihuana a los consumidores. El clan de La Mare y el de El Pollo copaban el negocio. La operación policial se ha saldado hasta el momento con una docena de detenidos y 500 plantas de cannabis sativa, con un peso de 15 kilos, intervenidas.

Con el empleo de menores para vender la droga, los clanes habrían pretendido inicialmente minimizar el impacto penal en caso de una detención del vendedor. Aunque a la postre, la organización se enfrentaría a cargos por utilizar a niños para cometer delitos.

Además de a Corea, la actuación conjunta de Policía Nacional y de Policía Local se hizo extensiva en Palma a Son Banya y Son Ferriol. También abarcó ciertos puntos de Santa Maria. En total, los agentes han desmantelado cinco puntos de venta en los 15 registros domiciliarios practicados.

El clan de La Mare, principalmente, y el de El Pollo controlaban la producción intensiva de marihuana. Para ello contaban con sofisticados aparatos con los que favorecían el rápido crecimiento de las plantas.

Los aparatos del invernadero para el desarrollo de las plantas permanecían conectados a la red eléctrica las 24 horas del día. No obstante, nunca hacían frente a la abultada factura de la luz. Por medio de enganches ilegales a la red eléctrica suministraban la energía a los deshumidificadores, los potentes focos y a los extractores. De hecho, se les imputa a estos clanes un presunto delito de defraudación de fluido eléctrico.

'Operación Vulcano'

La investigación del Grupo II de Estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional se inició hace unos meses después de recibir denuncias vecinales por la venta de marihuana a gran escala. Al menos cinco plantaciones fueron desmanteladas en el barrio de Camp Redó, considerado el epicentro de estas organización de narcotraficantes.

A raíz de estas pesquisas se activó la denominada 'Operación Vulcano', cuya fase de explotación culminó el jueves. No obstante, los registros y nuevas detenciones prosiguieron ayer.

En torno a un centenar de agentes tomó por completo el barrio de Camp Redó. Mientras tanto, un helicóptero sobrevoló la escena a baja altura para controlar desde el aire que no escapara ninguno de los sospechosos.

Los perros antidroga marcaron a los guías los lugares donde se ocultaba la droga. Un total de cinco plantaciones fueron desmanteladas. En el transcurso de la redada también se intervino gran cantidad de dinero en billetes.