La crisis del coronavirus ha agravado algunas de las deficiencias crónicas que padece la Justicia. Para muestra, un botón. Hace unos días un hombre estaba citado a declarar como testigo en un juicio. No podía acudir a la vista porque estaba en cuarentena por el virus y declaró a través de videoconferencia. Los problemas empezaron para conectar el sistema informático del juzgado con el domicilio del hombre. No había manera y tras casi media hora de espera se optó por una solución improvisada: una videollamada de Whatsapp. El secretario judicial tuvo que sostener el móvil junto a un micrófono y enfocando a la cámara de la sala para que la declaración quedara grabada. El funcionario tuvo que transmitir las preguntas que la fiscal y un abogado iban planteándole. Una situación esperpéntica que llevó al secretario a pedir perdón al testigo por la "chapuza" y a darle las gracias por su paciencia.

Juramento de película

Las películas y las series americanas han hecho que mucha gente tenga una visión algo distorsionada de cómo se desarrolla un juicio. Hace unos días, una chica compareció en una vista por un caso de abusos sexuales. La magistrada le preguntó antes de nada si juraba o prometía decir la verdad. La joven, de forma solemne, levantó la mano derecha y soltó lo que había oído en el cine: "Juro decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad". Solo faltó una biblia.Quítese la mascarilla

A un abogado tuvieron que llamarle varias veces la atención en un juicio por la mascarilla. No para que se la pusiera, sino para que se la quitara. La magistrada le pidió al principio que, para que sus preguntas y alegatos quedasen correctamente grabados, se retirase la protección. Sin embargo, el letrado, una y otra vez, volvía a colocársela. Al final se excusó: "Es que con las extremas medidas que hemos tomado en el estado de alarma...".

Susto en Muro

Muro

El pasado martes, hacia las seis de la tarde, un enorme pino cayó sobre varios coches en la zona de Playa de Muro. El susto fue mayúsculo, pero pronto se comprobó que no había nadie en los automóviles. Al lugar acudieron patrullas de la Policía Local de Muro, dos voluntarios de Protección Civil y una dotación de los Bombers de Mallorca. Los equipos de emergencias trabajaron durante tres horas para cortar y retirar las grandes ramas. Los coches sufieron daños importantes.

Poca traza

Durante un juicio celebrado en la Audiencia de Palma, a un acusado le indicaron con gestos que cogiera un plástico para cubrir el micrófono antes de empezar a declarar. El hombre, sin embargo, no lo entendió bien y se lo puso en el brazo para sorpresa de los presentes. Alguno tuvo que contener la risa ante esta situación surrealista.