Cinco narcos han sido condenados a penas de entre tres y ocho años de prisión por un alijo de casi 300 kilos de cocaína interceptado hace dos años por el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) entre Mallorca y Eivissa, la mayor incautación de droga de los últimos años en Balears. Los traficantes utilizaron un barco con base en Port Adriano (Calvià) para recoger el cargamento, procedente de Sudamérica y arrojado al agua desde un portacontenedores. La banda tenía infraestructura para trasladar después a Mallorca y luego a Europa la cocaína, de gran pureza y valorada en al menos diez millones de euros. Los cinco procesados comparecieron en la Audiencia Nacional, donde reconocieron los hechos tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía.

La organización estaba formada por cuatro holandeses y un alemán y fue descubierta por el SVA a finales de 2016. Los investigadores comprobaron que tenía un barco de 28 metros de eslora llamado HCH-X atracado en Port Adriano. Los acusados pagaban 78.000 euros anuales por el amarre, pese a no tener actividad niguna. La embarcación estaba siempre vigilada; tanto que los agentes no pudieron instalar un dispositivo GPS para seguir sus movimientos pese a contar con autorización judicial. Las pesquisas revelaron que la banda tenía toda la infraestructura preparara para recoger grandes partidas de droga en el mar, traerlas a Mallorca y desde aquí, distribuirlas por Europa en coches provistos de dobles fondos.

Tras meses de investigación, los agentes del SVA descubrieron en el verano de 2018 que los traficantes iban a recibir un gran alijo de cocaína. Su plan era recoger un cargamento arrojado en alta mar desde un portacontenedores que realizaba la ruta Algeciras-Livorno (Italia).

Bajo una estrecha y discreta vigilancia por mar y aire, el barco de los traficantes zarpó el 17 de agosto de Port Adriano. Estuvo un día fondenado cerca del Port d'Andratx y en la madrugada del 19 de agosto puso rumbo al punto de encuentro para recoger el alijo de cocaína. Como habían convenido, desde el portacontenedores se lanzaron al agua varios bultos repletos de droga. Los tripulantes del HCH-X pasaron toda la noche recogiéndolos.

El barco fue abordado a las siete y media de la mañana por los investigadores del SVA y sus cinco tripulantes quedaron detenidos. Los agentes encontraron algunos fardos todavía en el agua y trasladaron el barco de los narcos hasta el puerto de Palma. Ya en Mallorca, se llevó a cabo un minucioso registro de la embarcación. En uno de los camarotes encontraron una trampilla, escondida bajo la cama y la moqueta. Dentro había 144 paquetes de cocaína. En el puerto se abrieron los fardos hallados en el mar, que contenían otros 145 paqutetes. En total, el alijo intervenido fue de 289 kilos de cocaína con una pureza del 83 por ciento. Según la valoración oficial, el cargamento tenía un valor en el mercado negro de al menos 9,7 millones de euros. Fue la mayor incautación de esta droga en más de una década en Balears. Los cinco traficantes detenidos en el barco ingresaron en prisión por orden judicial y el caso acabó en manos de la Audiencia Nacional. El pasado día 13, los acusados comparecieron en la sala de lo penal de ese tribunal y fueron condenados tras admitir los hechos después de que sus abogados llegasen a un acuerdo con la Fiscalía. Todos se declararon autores de un delito contra la salud pública de extrema gravedad y en el seno de una organización criminal, con la atenuante de confesión tardía.

El principal acusado, el capitán del barco, aceptó ocho años de prisión; sus dos lugartenientes, seis años y medio; y los otros dos procesados, tres años y nueve meses y dos años y nueve meses respectivamente. Además deberán abonar multas que suman casi 30 millones de euros.