Las piscinas se convierten en verano en un enemigo permanente de los niños. El riesgo de ahogamiento está omnipresente en el agua. "Hay que intentar evitar el peligro", recalca como máxima Victòria Avellà, directora de socorrismo, salud y emergencia de Cruz Roja Balears. En el caso de los menores de corta edad, hay que potenciar las medidas de prevención para evitar que se adentren solos en el agua. "Es importante colocar un vallado perimetral. Hay barreras físicas que impiden el paso a la piscina. También hay alarmas que alertan de la precipitación de objetos o cuerpos al agua", explica. Una vez que se ha producido el accidente acuático, Victòria Avellà resume el protocolo de actuación en las siglas PAS: "Proteger, actuar y socorrer".

Así, la responsable de socorrismo de Cruz Roja en las islas insiste en la importancia de la formación de los progenitores en primeros auxilios para que puedan dar a su hijo una atención que a la postre puede resultar vital. "Debería ser una asignatura obligatoria para todos los padres", recalca. Las maniobras de reanimación a bebés se adaptan a su pequeño cuerpo. "Siempre es mejor hacer algo que no hacer nada", abunda.