Siete miembros del histórico clan del Seco se enfrentan a penas que suman 27 años de cárcel por traficar con drogas en la barriada palmesana de Verge de Lluc. La Policía encontró el año pasado en tres viviendas de las calles Goya y Moreneta supuestamente controladas por esta red casi medio kilo de cocaína, marihuana y hachís y dinero en efectivo. Todos los procesados, excepto uno, rechazaron ayer durante el juicio las acusaciones con alegatos diversos: "La droga era para mi propio consumo", "yo ya no vivía en esa casa", "fumo marihuana pero no la vendo", explicaron al tribunal en la Audiencia Provincial. Un policía trató de desmontar estos argumentos detallando las pruebas acumuladas durante semanas contra los sospechosos y destacó que a lo largo de su carrera ha participado ya en cuatro operativos contra este entramado familiar. "A día de hoy, siguen vendiendo en la misma zona", sentenció.

El único sospechoso que admitió su implicación fue un joven paraguayo de 22 años. El chico reconoció que se dedicaba a vender drogas en una de las viviendas, pero desvinculó al resto de acusados y negó que cualquiera de ellos le suministrara los estupefacientes. La fiscalía sostiene que trabajaba para el clan, pero él afirmó que solo eran sus caseros. La pareja propietaria de la vivienda ratificó esta versión y dijo que ellos no residían allí, sino en un piso okupado en Pere Garau.

El inspector del grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional que dirigió las pesquisas relató después que en la vivienda encontraron documentación, ropa y numerosos efectos de la pareja acusada y sus hijos, y se mostró convencido de que residían allí y dirigían el punto de venta de drogas. Del supuesto inquilino, contó, no hallaron ningún objeto personal en el piso. Además, había un sistema de videovigilancia, con una cámara conectada a un monitor, y una mirilla electrónica.El policía señaló que la investigación se prolongó durante varias semanas, en las que estuvieron vigilando los tres inmuebles sospechosos e interceptando a compradores que salían de allí con droga. Incidió en que el clan del Seco se dedica desde hace décadas al narcotráfico. Según contó, ha participado en cuatro operativos en puntos de venta de esta familia en esas mismas calles a lo largo de su carrera. "A día de hoy, puedo asegurar que siguen traficando", concluyó.

Los otros seis acusados negaron tajantemente los cargos en sus declaraciones. Solo respondieron a las preguntas de sus abogados para afirmar que tenían relación con los inmuebles donde la Policía encontró las drogas y el dinero, o que los estupefacientes eran para su propio consumo.

Los cuatro abogados defensores plantearon al tribunal, al iniciarse la vista, que la causa debe ser anulada al considerar inválido el auto del juzgado de instrucción que autorizó los registros. Según expusieron, en el atestado policial que dio pie a estos allanamientos no había indicios suficientes para vulnerar el derecho fundamental de los acusados a la inviolabilidad del domicilio. Así, reclamaron la anulación del auto y el archivo del procedimiento. El tribunal anunció que resolverá esta cuestión en la sentencia.