El adolescente de 17 años acusado de matar a su madre el año pasado en s'Arenal, en Palma, confesó ayer el crimen por primera vez ante el fiscal de menores encargado del caso. El acusado alegó que su madre le estaba persiguiendo con un palo para agredirle durante una discusión y ambos forcejearon. La mujer, Gloria Francisca Zavala, ecuatoriana de 53 años, cayó entonces al suelo y se golpeó la cabeza. El joven dijo no recordar cómo falleció la mujer, pero explicó que se asustó al comprobar que estaba muerta y decidió ocultar el cadáver en un arcón y huir con su novia, también menor y a la que el chico desvinculó del crimen. Ambos fueron detenidos una semana después en Bélgica e ingresaron en un centro de internamiento.

En su comparencia ante el fiscal que investiga los hechos, el adolescente contó ayer que la relación con su madre estaba muy deteriorada. Según relató, discutían con mucha frecuencia y la mujer solía golpearle con cinturones y otros objetos. El menor contó que en estas riñas mediaba siempre el novio de su madre, un hombre que cuando ocurrieron estaba fuera de Mallorca.

El 14 de mayo de 2019, madre e hijo se enzarzaron en una nueva discusión en su domicilio, en el número 278A de la Carretera Militar. Según la versión del chico, él quiso marcharse de la vivienda pero la mujer le siguió armada con un palo hasta el garaje. El adolescente afirmó que forcejeó entonces con la víctima, que en la riña cayó al suelo y recibió un fuerte golpe en la cabeza. Gloria Francisca Zavala quedó entonces inerte en el suelo. El menor dijo no recordar si le tapó la boca con una toalla o se sentó encima de ella y negó saber la causa exacta de su muerte, asfixia según los forenses.

De acuerdo con su versión, al descubrir que había fallecido se asustó y decidió ocultar el cadáver en un arcón del mismo garaje, temiendo que el novio de su madre regresara y descubriera lo ocurrido. Fue efectivamente el hombre quien halló el cuerpo sin vida de Zavala unas horas después.

Para entonces, el chico y su novia se habían marchado a Barcelona y desde ahí volaron a Bélgica, pagando los gastos con la tarjeta de crédito de una amiga de su madre. La chica no supo nada de lo sucedido hasta que, al ver una noticia en su teléfono móvil, le preguntó y él le confesó los hechos. El menor negó tajantemente que su entonces pareja participara en el homicidio.

La investigación de la Policía Nacional culminó con la detención de la pareja el 21 de mayo en un hotel de Bruselas y extraditada a España días después. Ambos ingresaron en un centro de internamiento por delitos de homicidio y estafa. Él sigue recluido y ha sido condenado por enfrentarse a una educadora de es Pinaret y tratar de huir del centro durante su reclusión; ella está en libertad desde que en enero pasado la Audiencia Provincial aceptó un recurso de su abogada.

Tras la confesión del adolescente, está previsto que en los próximos meses las partes alcancen un acuerdo de conformidad antes de la celebración del juicio.