Mallorca ha sido durante los últimos meses un lugar más seguro. Era una percepción generalizada, que se ha visto refrendada por las estadísticas. La Policía Nacional de Balears ha constatado un descenso generalizado de la delincuencia durante el periodo en el que ha estado en vigor el estado de alarma. La cifra de delitos denunciados se ha reducido en un 53% respecto al mismo periodo del año anterior. La bajada más acusada, de un 85%, se refiere a los hurtos al descuido, una modalidad que suele afectar especialmente a los turistas, ahora prácticamente inexistentes. De hecho, los investigadores no han detectado la llegada de los grupos de delincuentes habituales que suelen desplazarse cada año a hacer la temporada.
Las estadísticas de la Policía Nacional se refieren a sus áreas de competencia -los términos municipales de Palma, Manacor-, aunque el fenómeno se puede extrapolar al resto de la comunidad. Durante los 98 días en que ha estado en vigor el estado de alarma decretado para frenar la pandemia de coronavirus, entre el 15 de marzo y el 20 de junio, la cifra de delitos denunciados descendió un 53% respecto al mismo periodo del año anterior.
Este fenómeno ha sido especialmente acusado en los delitos contra la propiedad. Los robos con violencia e intimidación bajaron un 73% y los hurtos un 85%. También se ha registrado un notable descenso en los delitos contra la libertad sexual, que han bajado un 60%.
Por contra, los casos delictivos con un menor descenso han sido los delitos tecnológicos, como los fraudes con tarjetas de crédito, que han bajado un 15%.
Respecto a los casos de violencia intrafamiliar, pese a los temores iniciales a un posible incremento en el periodo de confinamiento, la cifra de denuncias bajó un 20%, aunque desde la Policía consideran que puede que no refleje la situación real. De hecho, con el inicio de la desescalada, aunque las cifras están todavía por debajo de las del año pasado.
Ausencia de turistas
Los expertos atribuyen el descenso de la actividad delictiva directamente a una doble causa: por un lado, el confinamiento domiciliario y el cierre de locales de ocio nocturno y las limitaciones al consumo de alcohol y drogas que supuso; y por otro lado el incremento de los controles policiales en unas calles prácticamente desiertas. De hecho, con el cambio de fase, la relajación en las restricciones y la apertura de locales, las cifras de delitos han aumentado.
Aun así, la ausencia de turistas, que representan la gran mayoría de las víctimas de los delitos que se perpetran en Mallorca durante la temporada estival, se nota todavía en las estadísticas. La Policía ha detectado que no se ha producido el desplazamiento habitual de delincuentes profesionales que vienen a hacer la temporada de verano a las islas. No se han dado apenas casos, por ejemplo, de robos de relojes de alta gama -perpetrados por las conocidas las bandas del rólex- o hurtos en las playas, y se ha reducido drásticamente el tráfico de drogas en locales de ocio nocturno.
Permanecen activos los delincuentes autóctonos, por lo que los delitos que más se han producido durante estas semanas han sido los robos, los hurtos en interior de vehículos y establecimientos, y los delitos de desobediencia, atentados y lesiones en peleas. También se han registrado casos aislados de robos con violencia.
