La Policía Nacional asestó ayer por la mañana un duro golpe contra el clan del Pablo, que controla el tráfico de droga en la barriada palmesana de La Soledat. Más de cincuenta agentes, con el Grupo II de Estupefacientes al frente, irrumpieron en once domicilios de la zona e intervinieron tres grandes cultivos de interior con más de 600 plantas de cannabis sativa, además de otras drogas. En la operación fueron detenidas al menos nueve personas, encargados de vigilar los narcopisos, que contaban con sofisticados sistemas de protección, con cámaras camufladas en la calle y puertas blindadas. La Policía considera desmantelados todos los puntos de producción y venta de droga del clan en la zona.

Para la última fase de la operación 'Línea azul' se han desplazado a Mallorca desde Madrid agentes del Grupo Operativo de Intervención Técnica (GOIT), que ayer se encargaron de forzar, con radiales y martillos neumáticos, las puertas blindadas, y de recuperar la droga y otras pruebas que los narcos habían tirado a los desagües. Además contaban con el apoyo de decenas de policías de la Brigada de Seguridad Ciudadana y la Policía Judicial, dirigidos por el Grupo II de Estupefacientes. También han intervenido agentes de la Policía Local de Palma.

La Policía desmantela los centros de producción de marihuana del clan del Pablo en La Soledat

La Policía desmantela los centros de producción de marihuana del clan del Pablo en La Soledat

Los policías irrumpieron a las siete y media de la mañana en once domicilios de las calles Teix, Randa, Rector Petro y Lluís Martí pertenecientes al clan del Pablo. En la mayoría de los casos son infraviviendas utilizadas como puntos de producción y venta de droga. Durante los registros encontraron tres grandes plantaciones de marihuana, con más de 600 plantas. Se trata de cultivos de interior con sistemas de iluminación y ventilación que se abastecen de electricidad mediante enganches ilegales. Los policías intervinieron además diferentes cantidades de cocaína, heroína y hachís, así como balanzas de precisión, armas blancas y armas de fuego simuladas.

Los puntos de venta contaban con un sofisticado sistema de vigilancia, con cámaras escondidas bajo las tejas de las casas. Estas imágenes recogían todo lo que ocurría en la calle y estaban conectadas a pantallas instaladas en el interior de las casas.

Los investigadores creen que la organización sigue estando dirigida desde prisión por Pablo Campos Maya, el Pablo, el histórico narcotraficante de 61 años.