El carguero Super Servant 4, un barco de transporte que amarró ayer por la mañana en el puerto de Palma, estuvo a punto de hundirse al quedar escorado hacia un lado. La situación, que pudo resolverse gracias a la actuación de los medios del puerto y por la actuación de los bomberos, ocurrió a primera hora de la mañana de ayer [vea aquí las imágenes]. Por fortuna, no hubo heridos, ni tampoco daños personales.

Este buque, de casi 170 metros de eslora y unos 32 metros de manga, amarró en el puerto tras una larga travesía desde el puerto de Le Marín, en Martinica, que se prolongó durante dos semanas. El barco transportaba cinco yates, que iban a ser entregados a sus propietarios en Mallorca.

Esta embarcación tiene la capacidad de hundirse en su zona de carga, con lo que se facilita la descarga de los yates que transporta. Cuando el carguero inició su operación de descarga se produjo un fallo eléctrico. Esta avería provocó que la embarcación se desestabilizara, existiendo en ese momento la posibilidad de que pudiera hundirse en el mismo dique del puerto de Palma.

Desde la embarcación se dio la voz de alarma y se solicitó ayuda a las autoridades marítimas de Palma para solucionar la situación. Las embarcaciones de Salvamento Marítimo, la Autoritat Potuària, Capitanía y los bomberos de Palma acudieron en auxilio del carguero.

Los técnicos averiguaron de inmediato que el principal problema se debía a una avería eléctrica, que impedía que el buque pudiera hundirse correctamente en esta maniobra de descarga. Mientras se solucionaba el problema técnico, una embarcación empujó uno de los lados del barco para que no pudiera escorarse hacia uno de los lados, lo que hubiera sido mucho más grave porque se pudo haber hundido.

Una vez reparada la avería eléctrica, los tanques que se inundaron en la operación de descarga, pudieron nivelarse de nuevo. A continuación se hundieron de nuevo estos tanques y se reinició la operación para descargar los cinco yates, algunos de ellos valorados en varios millones de euros.

Por fortuna, no hubo que lamentar ningún vertido de combustible procedente del carguero, ni tampoco daños en el medio ambiente.