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La lucha por sus hijos

"Mi ex amenaza a mis hijos: si lloran no volverán a ver a su madre nunca"

Una mujer discapacitada denuncia que le retiraron la custodia porque no podía cumplir las visitas

Susan muestra una foto de sus hijos pequeños en el teléfono móvil en su casa de Palma. manu mielniezuk

"Suena fatal, pero casi prefiero que me pegue, al menos tendría que pasar por encima mío antes de maltratar a los niños". Susan, una vecina de Palma que sufre una grave discapacidad, ha visto cómo le retiraban la custodia de sus dos hijos gemelos de seis años por incumplir un régimen de visitas "imposible" dadas sus dificultades de movilidad. Lo más grave es que los pequeños han sido entregados al padre, al que denunció por violencia de género y que ha sido condenado por coacciones y por quebrantar la orden de alejamiento. Denuncia que ha detectado señales de que los niños sufren malos tratos por parte de su padre, que les amenaza con que "si lloran, no volverán a ver a su madre".

La mujer admite que está desesperada y que no sabe a quién recurrir. La Federación Nacional de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas ha salido en su ayuda y ha remitido una petición al fiscal superior de Balears para que revise el caso de forma urgente, ante "el grave perjuicio que la situación está causando a las criaturas", dos gemelos de seis años de edad.

Susan tiene 45 años y padece una grave discapacidad a consecuencia de un accidente que sufrió en 2006. Se casó en 2013 y se separó tres años más tarde, cuando los médicos que la atendían detectaron que estaba sufriendo malos tratos. Sus hijos tenían entonces un año.

"Yo nunca le había denunciado antes", explica. "No era fácil, yo callaba. Pero cuando volví al trabajo tras la baja por maternidad mis compañeros vieron cosas raras, me sorprendieron llorando y finalmente se lo conté a mi médico de cabecera". La mujer cuenta que los malos tratos que sufrió habían sido progresivos. "Empezó con insultos y continuó con golpes, pero yo lo tenía interiorizado y lo vivía con un gran sentimiento de culpa. Finalmente en el juzgado me convencieron para que presentara la denuncia".

Cuando se separó el juzgado le otorgó a la mujer la custodia de los pequeños, pero con un régimen de visitas tan grande que le resultaba imposible de cumplir, dadas sus limitaciones físicas. "Tenía que llevarles al Punto de Encuentro día sí y día no, y todos los fines de semana. Yo voy con muletas y debía cargar con los dos niños pequeños. Aguanté unos meses y sufrí un agravamiento en mis lesiones en la espalda, que se me extendieron a las piernas. Pero cumplía siempre, incluso infiltrada, y si algún día no iba era porque alguno de los niños estaba mal, y siempre avisaba antes".

La situación se complicó todavía más cuando le cambiaron la ubicación del Punto de Encuentro, del Coll den Rabassa al polígono de Son Castelló. "La Policía me dijo que no podía ir allí porque no era un centro habilitado, pero yo seguía yendo porque me habían avisado de que me podían quitar los niños si no cumplía el régimen de visitas. Pero yo cada vez estaba peor, así que tuve que pedirle a mi madre que viniera desde Llucmajor

Pierde la custodia

Hace un año que le retiraron la custodia y se la dieron al padre. "Me han puesto menos visitas que a él, dos a la semana y dos fines de semana al mes, y sigo teniendo muchos problemas para desplazarme al punto de encuentro". La mujer ha denunciado que en estas visitas ha detectado indicios de malos tratos en los niños, que ya tienen seis años.

"En estos años ya noté cosas raras durante las visitas de su padre. Salían del punto de encuentro muy alterados y con marcas". Luego, ya bajo la custodia de su padre, ha denunciado más posibles malos tratos. "Una vez, al finalizar mi visita en el punto de encuentro, sufrieron un ataque de ansiedad ante la perspectiva de volver con su padre. La niña tenía además marcas en los antebrazos. También les amenaza diciendo que si lloran no volverán a verme nunca más", relata Susan entre lágrimas.

Amenazas de muerte en los pañales

El exmarido de Susan fue condenado por un delito de coacciones y quebrantamiento de la orden de alejamiento de su mujer. Según se declara probado en la sentencia del juzgado de lo penal número 1, tenía prohibido acercarse a su exmujer en cumplimiento de una orden de protección dictada a finales de 2015. Sin embargo, durante los meses siguientes se dedicó a merodear por las inmediaciones del lugar de trabajo y el domicilio de ella. El día del cumpleaños de la mujer le dejó en el buzón, a través de una tercera persona, un paquete que contenía un cuchillo de cocina. Posteriormente aprovechó las visitas a sus hijos en el Punto de Encuentro para dejarles en el interior de los pañales varias notas. Una decía "Alguien ha matado a S." y la otra, "Moriremos".

La mujer manifestó durante el juicio que su exmarido le había amenazado con destrozarla, con hacer daño a los que ella más quiere, su madre y sus hijos.

El hombre fue condenado por un delito de coacciones y quebrantamiento de medida cautelar a setenta días de trabajos comunitarios, y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante tres años y medio.

Esta sentencia se dictó en enero de 2018. Un año después, en febrero de 2019, otro juzgado le retiraba la custodia de los dos pequeños a la madre y se la otorgaba al padre.

Mientras tanto, otro juzgado continúa con una investigación contra él por los delitos de violencia de género.

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