La Guardia Civil detuvo el jueves a un vecino de Marratxí, como presunto autor de un delito de amenazas con arma de fuego. El arrestado, dueño de un taller mecánico, apuntó con una pistola a la víctima, que iba acompañado de su hijo de once años, porque había aparcado en su vado. La Guardia Civil se movilizó ante las informaciones de que había un altercado con un individuo armado, aunque luego se comprobó que la pistola era de aire comprimido.

La tarde del ayer la Guardia Civil se desplegó en las inmediaciones de la calle Cabana en la localidad de Marratxí, tras recibir un aviso por parte del 112 de que se estaba produciendo una fuerte discusión entre dos personas. En la misma, al parecer una de ellas portaba una pistola con la que encañonaba a la otra, que iba acompañado de un niño.

Por ello agentes de la Guardia Civil con material de intervención, se desplegaron en la zona ante una posible actuación con arma de fuego.

Una vez en el lugar se contactó con la persona afectada quien manifestó que la discusión se había originado debido al estacionamiento de su vehículo frente al vado de un taller y que como consecuencia de la discusión le habían encañonado con un arma de fuego.

Dentro de las actuaciones llevadas a cabo, se realizó un registro en el interior del taller mecánico en donde se localizó el arma corta oculta en una nevera, procediendo a la detención del dueño del taller por un delito de amenazas con armas de fuego en vía pública en presencia de menores de edad.

Una vez analizada el arma resulto ser de gas comprimido, réplica exacta de una arma de fuego real.