La Audiencia Provincial de Palma ha confirmado la condena de cuatro años y nueve meses de prisión para la conductora que mató a la adolescente Paula Fornés e hirió a otra menor en junio de 2018 en sa Ràpita (Campos). El tribunal ha rechazado el recurso de la acusada, que solicitaba una reducción de la pena. El fallo mantiene además la indemnización de 173.688 euros para los padres y el hermano de Fornés. El juzgado de lo penal número 3 de Palma consideró probado que Renata G., polaca de 48 años, circulaba ebria y mirando el móvil, no tenía carné de conducir y llevaba un permiso de su país falsificado. El juez la declaró autora de delitos contra la seguridad vial, homicidio y lesiones imprudentes, conducción sin carné y falsedad documental.

Poco antes de las dos de la madrugada del 24 de junio de 2018, Renata G. conducía el coche de su marido con las facultades mermadas por el consumo de alcohol. También iba mirando el teléfono móvil, y no se dio cuenta de que invadía el carril destinado a peatones y ciclistas. El coche se llevó por delante a Paula Fornés, de 15 años y que murió en el acto, y una amiga suya que resultó herida. La conductora se marchó del lugar pero fue interceptada por dos testigos. Cuando llegó la Policía Local de Campos, cuadruplicó la tasa máxima de alcoholemia y, al no tener carné de conducir en vigor, exhibió a los agentes un permiso polaco falso.

En su recurso ante la Audiencia Provincial, el abogado de Renata G. alegó que no había pruebas de que el carné polaco fuera falso. El tribunal, sin embargo, considera acreditado que un documento remitido por las autoridades de aquel país demuestra que no tenía ninguna habilitación legal para conducir. Además, el recurso consideraba que se había impuesto una pena excesiva a la mujer. Por un lado, apuntaba que debía tenerse en cuenta el dinero que había consignado cautelarmente para indemnizar a los familiares de Fornés en caso de condena. Por otro, destacaba que no conducía de forma temeraria, que no bebía ni fumaba al volante y que no podía hablarse de huida tras el atropello.

La Audiencia ha desestimado todas las alegaciones. El fallo considera "innegable" la gravedad de los hechos y concluye que la conducta de Renata G. "revela un absoluto desprecio por la vida de los demás desde el momento en que entra en el coche hasta el momento en que atropella". Las magistradas inciden además en que la conducta de la mujer "ha estado muy lejos del reconocimiento de los hechos", ya que solo al final del juicio su abogado admitió que era ella quien conducía el turismo que arrolló a Fornés.