La fiscalía elevó este lunes a 14 años de prisión su petición de condena para un hombre acusado de abusos sexuales a su hija, de utilizarla para elaborar pornografía infantil y de mostrarle imágenes sexuales en Palma desde que nació hasta los cuatro años. Al acusado, con antecedentes penales por tener material pedófilo, se le incautaron casi 7.000 archivos, algunos de ellos de su hija recién nacida. Él negó todos los cargos durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial. "Juro por Dios que no he abusado de ella, no le he tocado ni un pelo", sentenció el procesado. La menor, ahora de siete años, declaró a puerta cerrada que su padre le tocaba los pechos, los genitales y el culo cuando la duchaba. La defensa solicitó la absolución.

El acusado explicó que las fotografías de su hija desnuda las tomó tras darle un baño cuando apenas tenía en un mes, en presencia de la madre y la abuela de la niña. "Eran fotos normales de un bebé desnudo, no considero que sean pornográficas", valoró. El hombre dijo no entender por qué la Policía halló estas imágenes "mezcladas" en sus dispositivos con miles de archivos pedófilos y apuntó que todo este material era "de la otra vez", en referencia al proceso judicial por el que en 2009 fue condenado a cuatro meses de prisión por tenencia de pornografía infantil.

Según dijo, las había borrado y estaban en un disco duro en desuso y averiado.

El procesado se mostró tajante sobre la acusación de abusos sexuales a su hija. "Jamás la he tocado", aseveró, antes de apuntar que la denuncia de su expareja que dio origen a este proceso responde a que ella le "tenía mucha rabia". El hombre negó también haber mostrado imágenes pornográficas a su hija y solo admitió que en una ocasión le dejó el móvil y la pequeña acabó accediendo a un vídeo sexual "por error". "A la nena le habrán calentado la cabeza. Ella estaba encantada conmigo", concluyó.

La madre de la niña y expareja del sospechoso contó que la menor tenía un comportamiento muy sexualizado. "Se ponía en el sofá con peluches y simulaba el acto sexual. Un día le tocó los genitales a un amigo mío y le preguntó si quería que le diera besos en el pito. Me contó que se lo hacía a su padre. También me dijo que le enseñaba vídeos que no le gustaban", explicó. Su hija, dijo, estuvo un año bajo tratamiento psicológico por estos hechos.

La menor declaró a puerta cerrada y por videoconferencia. La niña contó que su padre le había tocado el pecho, los genitales y el culo y que eso había ocurrido en la ducha, según revelaron en sus informes finales el fiscal y la defensa, que valoraron su relato de forma opuesta.

Una técnico de la Unidad de Valoración de Abuso Sexual Infantil (UVASI) que atendió a la niña cuando tenía cuatro años afirmó que mostró signos de haber estado "expuesta" a prácticas sexuales y dijo que las había visto en el móvil de su padre. La especialista de la Unidad de Tratamiento de Abuso Sexual Infantil (UTASI) con la que siguió después una terapia recordó que la pequeña le relató tocamientos por parte del padre y que en una ocasión se desnudó ante ella y le mostró los genitales.

Un psicólogo forense apuntó que estas nuevas revelaciones no podían valorarse y había que ponerlas "en cuarentena" porque al encontrarse ya en tratamiento por abusos, el proceso quedó "viciado y contaminado".

El fiscal acusó al hombre, al concluir el juicio, de delitos de abuso sexual y tenencia y elaboración de pornografía infantil, por los que reclamó penas que suman 14 años de prisión. El abogado defensor, por su parte, pidió la absolución al entender que no hay pruebas contra él. El acusado aprovechó su derecho a la última palabra para insistir en su inocencia y el caso quedó visto para sentencia.