El pasado viernes se celebró en la Audiencia Provincial de Palma una vista previa sobre la presunta estafa cometida por el autoproclamado príncipe de Hohenlohe, Jurgen Ludwig Z.H., y su pareja, Beatriz D.B., que fue descubierta en 2012 tras una investigación de la Policía Nacional. El juzgado concluyó la instrucción del caso en 2015, con graves acusaciones contra la pareja por haber estafado unos 8 millones de euros a casi doscientos afectados. El procedimiento, sin embargo, se ha ralentizado durante los últimos años, en parte debido a que el principal acusado solicitó que los 25 tomos del sumario le fueran traducidos al alemán. El fiscal ha solicitado la absolución de la pareja al considerar que no ha quedado acreditado que los acusados se apropiaran del dinero, pero el procedimiento sigue adelante por las acusaciones particulares en representación de la treintena de afectados que siguen personados. Una vez concluida sin acuerdo la vista previa del viernes, el juicio está previsto que se celebre el próximo mes de junio.

La presunta estafa se destapó en 2012, cuando la Policía arrestó a la pareja acusada de un fraude millonario.Según recoge el escrito de absolución del fiscal, desde 1998 los acusados se dedicaban al asesoramiento financiero, poniendo en contacto a personas o entidades que poseían liquidez con determinados clientes, a los que las entidades bancarias habían denegado préstamos y precisaban financiación. Por estas gestiones la pareja percibía una comisión. Captaron a unos 200 inversores con ofertas de una rentabilidad del 18%, pero a partir de 2010 los denominados "clientes" dejaron de pagar, ni los intereses ni las sumas invertidas. El fiscal solicita su absolución porque no considera acreditado "que los acusados se hayan apropiado de las cantidades de dinero invertidas por los particulares".

Uno de estos particulares, que perdió 6.000 euros de inversión, recordaba el pasado viernes que conoció la agencia a través de una conocida, que le aseguró que percibía una rentabilidad altísima.

"Tenían una lujosa oficina e nla calle Joan Miró", recuerda este afectado. "En la sala de espera había una revista con la foto de ella en portada, con el yate que él le había regalado. En la estantería había una foto de él con el rey Juan Carlos, aunque luego supe que era un fotomontaje". Tanto este afectado como su conocida perdieron el dinero que invirtieron. Es una de las 31 personas que siguen personadas en la causa. Sus abogados piden para ellos ocho años de cárcel por estafa y apropiación indebida.