La Guardia Civil arrestó la semana pasada a dos operarios como presuntos autores de un delito de homicidio por imprudencia, por dejar mal conectadas las tuberías de gas de una caldera en una casa en obras en Son Servera, ya que el escape de gas habría provocado la muerte de un pintor que fue a trabajar al inmueble al día siguiente. Los guardias que acudieron al domicilio cuando se descubrió el cadáver sufrieron también los efectos del gas y tuvieron que salir a toda prisa a la calle.

El fallecimiento de la víctima ocurrió el pasado 13 de febrero. Ralf Peter Kreutz, alemán de 53 años, fue a una casa en construcción en el Camí de ses Rumies de Pula, en las afueras de Son Servera, para pintar el interior. Esa tarde llamaron desde su empresa a la Policía Local, alertando de que el trabajador no contestaba al teléfono. Explicaron que el hombre estaba solo en el domicilio en obras y temían que hubiera podido sufrir un accidente.

Una patrulla de la Policía Local acudió al domicilio. Se encontraron con que la puerta estaba cerrada y nadie contestaba. Ante la posibilidad de que el hombre tuviera algún problema optaron por derribar la puerta. Cuando entraron descubrieron el cadáver del pintor.

La Policía informó de lo ocurrido a la Guardia Civil, y un equipo de la Policía Judicial de Manacor se desplazó al lugar. Mientras realizaban una inspección ocular para tratar de determinar qué había pasado, uno de los agentes se encontró indispuesto, con mareos y náuseas. Los guardias salieron inmediatamente de la casa y alertaron a los Bombers de Mallorca al sospechar que en el interior del domicilio había un escape de gas.

La dotación de los bomberos que fue al lugar con detectores de gases confirmaron estas sospechas. La casa estaba inundada de monóxico de carbono, un gas inodoro, que no se percibe en un primer momento, pero que resulta mortal. Los bomberos comprobaron que la caldera estaba encendida y que los tubos de extracción del gas no estaban correctamente conectados. Conminaron a todo el mundo a que se alejara mientras se cortaba el suministro de gas y se abrían las ventanas para que el interior se airease. El domicilio quedó precintado para evitar nuevos accidentes.

No fue hasta el día siguiente que se pudo entrar con seguridad en el domicilio. La Policía Judicial de la Guardia Civil abrió una investigación para determinar cómo se había producido el escape de gas que había causado la muerte del pintor alemán. Las pesquisas policiales permitieron confirmar que el día anterior a la muerte del pintor habían estado en la casa dos operarios, que habían puesto en marcha la caldera que acababan de instalar. Sin embargo, no conectaron las tuberías de absorción y expulsión de gases.

Esta fue presuntamente la causa directa de la muerte del alemán. Durante todo el día la caldera estuvo emitiendo gases tóxicos que se extendieron por todo el inmueble. Al día siguiente, el pintor estuvo trabajando y sin darse cuenta se intoxicó por el monóxido de carbono.

La autopsia a la víctima confirmó que la muerte se había debido a una intoxicación por la inhalación de gas.

Los guardias civiles localizaron a los presuntos responsables de la caldera, dos operarios de una empresa que habían estado en el domicilio el día anterior. Se trata de dos españoles, ambos de 41 años, que fueron detenidos el pasado día 18 en Manacor, acusados de un delito de homicidio por imprudencia. Tras tomarles declaración, la Guardia Civil les dejó en libertad a la espera de ser citados para que declaren en el juzgado.