"Entre 2001 y 2015 coincidíamos en el 'briefing' en el cuartel de la Policía Local de Llucmajor, que son las reuniones al inicio del servicio, también en los cambios de turno, en los vestuarios, en el armero cuando iba a dejar el arma, patrullando en el turno de mañana porque hicimos servicio juntos, a veces en las meriendas si íbamos al mismo bar... Yo escuchaba en los 'briefings' cómo él decía 'en este cuartel se pierde aceite, aquí faltan hombres, aquí huele a maricón'. En el vestuario también era muy incómodo. Sufría acoso homófobo en el trabajo". Un policía local de Llucmajor que ahora ha pasado a segunda actividad relató este lunes en un juicio contra un compañero cómo este le sometía a un continuo hostigamiento por su orientación sexual. El acusado se enfrenta a una petición de pena de la fiscal de dos años de cárcel por un delito contra la integridad moral con la agravante de discriminación.

"El primer hecho ocurrió en 2001 cuando entré con un coche en el garaje. Él estaba abajo con otro policía, me miró a la cara con sorna y me dijo '¿en tu familia hay mariquitas?'. Luego, en los 'briefings' escuchaba sus comentarios que fueron en aumento. En 2004, coincidí patrullando en el coche. Él conducía y yo iba de copiloto. Él cogió la emisora y espetó 'maricón, maricón, maricón' mientras me miraba. Me quedé paralizado, hundido, no reaccioné", aseguró el perjudicado, quien tuvo que pedirse la baja laboral a finales de 2015. "Fui al médico por síntomas de ansiedad, tenía miedo de ir a trabajar, sufría mucho estrés", reconoció.

Según el denunciante, el entonces jefe del cuerpo policial le pidió en su despacho si quería denunciar lo ocurrido. "Yo le dije 'es tu obligación denunciar esto'. Yo no tuve la fuerza ni la capacidad para denunciar entonces. Hablé con el acusado y le dije 'si sigues con esta actitud, los de arriba quieren que te denuncie'. Nadie le denunció ni le amonestaron y él se hizo fuerte", explicó el agente.

"Le destinaron a mi unidad de urbanizaciones, donde teníamos un grupo de WhatsApp con los compañeros con los que organizábamos a veces comidas. Él empezó con comentarios homófobos despectivos. Una vez dijo en un mensaje que habría que traer a una de las comidas a un boy. Eran comentarios hirientes hacia mi persona. Yo salí del grupo y dejé de ir a esas comidas. Dejé de trabajar porque me di de baja en 2015", detalló la víctima.

"También le pillé varias veces preguntando a compañeros '¿qué tal hoy con el maricón?'. En 2015, en un bar de Las Palmeras, un espontáneo entró y soltó 'maricón'. Yo me enterré, me moría. El acusado era asiduo a ese bar", recordó el denunciante.

"Yo hacía oídos sordos, me iba del vestuario cuando oía bromas homófobas. El acusado inició este acoso, lo mantuvo en el tiempo y no paró. Él fue el que orquestó una campaña homófoba en el cuartel y fuera, en el bar, en la gasolinera... El tema era hablar de mí. Una vez, estando en casa tranquilo, recibí un mensaje anónimo en el teléfono que decía 'vamos a acabar con todos los maricones de este país'", subrayó el afectado.

"En 2016 pedí pasar a segunda actividad. Antes me había pedido una excedencia para sobrevivir, no me quedó más remedio. No me sentía con fuerza para trabajar. Venía gente a mirar quién era el policía maricón. Aguanté tanto y sufrí tanto por vergüenza, como ocurre con el bullying en la escuela", indicó el perjudicado.

Mientras, el policía local acusado negó este lunes los hechos en rotundo y alegó que no conocía a la víctima. "En los 15 años que hemos estado en la plantilla habré coincidido con él en seis turnos. No lo conozco, es una persona que no conozco", recalcó. El sospechoso descartó haberle llamado "maricón" por la emisora: "Es totalmente falso, es un hecho inaceptable, si esto hubiera ocurrido se me habría abierto un expediente. Esta situación no se la cree nadie, cualquier policía que lo hubiera escuchado estaría obligado a denunciarlo".

El encausado negó los cargos. "Nunca hubo ningún problema. Nunca he hecho un comentario hacia él. En la vida me he referido a él como 'maricón'. Ni en el cuartel ni en un bar. Conozco su condición sexual desde que puso la denuncia en 2018", zanjó. El hombre admitió que coincidió con él en el vestuario y luego reconoció que con los compañeros que tiene más confianza pudo hablar o hacer algún comentario en broma, pero nunca referido a él. "No sé qué hago aquí. A él le interesa estar en su casa y cobrar", concluyó en el turno de la última palabra.

Varios policías declararon este lunes en el juicio como testigos, de los que dos oyeron los comentarios homófobos. Uno de ellos recordó que en los vestuarios escuchó 'aquí huele a maricón' en boca del acusado en varias ocasiones. Según su versión, a veces estaba la víctima y otras no. También en los 'briefings' oyó alguna expresión denigrante.

Dos peritos concluyeron que el perjudicado sufrió un menoscabo psíquico debido al acoso homófobo padecido en su lugar de trabajo. Sufrió un trastorno depresivo y ansioso y un trastorno de estrés postraumático. La víctima aún sigue en tratamiento.

La fiscal reclamó dos años de prisión para el policía local acusado y también la prohibición de aproximarse y comunicarse con el denunciante durante cuatro años por un delito contra la integridad moral con la agravante de discriminación por orientación sexual. "Estas conductas no se pueden consentir. Es muy lamentable que una persona tenga que dejar su trabajo debido a su condición sexual", destacó la fiscal. Por su parte, el abogado defensor reclamó la libre absolución por falta de pruebas de cargo y planteó que los hechos habían ya prescrito. El caso quedó visto para sentencia a primeras horas de la tarde del lunes.