Se busca. El sospechoso mide dos palmos de altura, luce un vistoso traje de plumas de colores y tiene un fluido vocabulario. Atiende por Guaca. Se trata de un loro -aunque algunos expertos lo consideran un guacamayo- que se escapó de su familia el miércoles y que el jueves estuvo a punto de ser capturado en lo alto de un ciprés de la Plaza de la Reina, después de que sus graznidos llamaran la atención de los viandantes. La Policía llegó a cortar la calle Conqueridor mientras los Bomberos trataban de capturarle desde una autoescalera, pero Guaca demostró ser un tipo escurridizo y eludió el cerco. El viernes por la mañana fue visto por el Polígono de Can Valero en dirección a Son Roca.

Prodigiosa memoria

Esta semana el antiguo delegado del Gobierno en Balears en funciones, Ramon Morey, declaró como testigo en un juicio en la Audiencia de Palma contra un empresario acusado de explotación laboral ya que fue el inspector laboral que examinó la finca del sospechoso en 2013. Morey explicó de forma detallada las condiciones "nefastas" en las que se encontraba la vivienda como lugar de alojamiento. Incluso, recordó la suciedad del baño, que carecía de agua corriente y no reunía los requisitos como cuarto de baño. El abogado defensor alabó la memoria de Morey y la rotundidad con la que expuso un informe del año 2013.

¿Culpa del Ramadán?

En este juicio por explotación laboral declararon otros dos testigos, trabajadores rumanos, que llevaron a cabo tareas de albañilería en la finca en la que estaban empleadas dos víctimas de origen marroquí en esas fechas. Los dos testigos indicaron que los dos perjudicados no trabajaban porque estaban en el Ramadán. "Solo estaban sentados", dijo uno de ellos. "No hablábamos con ellos porque estaban en el Ramadán", manifestó el otro. El abogado de la acusación particular les puso en un aprieto al indicarles que en esos meses aún no se celebraba el Ramadán. Entonces, no supieron qué contestarle.

Ni blanco ni negro

Dos peritos que intervinieron esta semana en un juicio en la Audiencia de Palma contra un joven acusado de corrupción de menores por intercambiar archivos pedófilos en la red TOR, la internet oculta, declararon que el sospechoso tiene inteligencia límite. Los dos forenses enumeraron las dificultades de aprendizaje que tiene y también para relacionarse con su entorno, pero descartaron que sufriera un retraso mental. "No sabemos si en esos momentos él era consciente de las consecuencias de sus actos", aseguró el psicólogo. "Esto no es blanco ni negro", subrayó el especialista, quien, por otro lado, reconoció que había que tener cierta capacidad para saber llegar hasta la red oculta TOR.

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