Un hombre fue condenado ayer a un año y un día de cárcel por abusar sexualmente de una joven a la que había alquilado una habitación en su domicilio en Inca. El acusado, como él mismo reconoció en el juicio, aprovechó que la víctima estaba ebria para entrar en su cuarto, desnudarla y someterla a tocamientos. El procesado, de 60 años, admitió los hechos y se declaró culpable tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía, que reclama inicialmente una pena de tres años de prisión. El pacto incluye que la condena quede suspendida a condición de que indemnice a la víctima con 1.000 euros y no vuelva a delinquir en dos años.

Los hechos ocurrieron el 16 de noviembre de 2017, en plena celebración del Dimecres Bo en la capital del Raiguer. La víctima había estado de fiesta y una amiga la acompañó hasta su casa porque esta muy ebria. La metió en la cama, le quitó los pantalones y las zapatillas y se marchó.

Hacia las dos y media de la madrugada, el hombre subió al cuarto de la víctima y, aprovechándose de su estado, le quitó las bragas. Entonces se colocó encima de ella y empezó a hacerle tocamientos en la vagina y a besarla, según reconoció ayer el acusado.

Logró echarlo

La chica recobró entonces la consciencia. El hombre le pidió que se tranquilizara, pero cuando ella descubrió que su casero estaba abusando de ella lo empujó y consiguió echarlo de la habitación. Él no se dio por vencido e intentó volver a entrar, por lo que la víctima se tiró al suelo y empujó la puerta para atrancarla. Entonces pidió ayuda a través de un mensaje de WhatsApp a la amiga que la había llevado a la casa.

La perjudicada consiguió escapar de la vivienda. Su amiga la encontró en la calle, desnuda de cintura para abajo y tapada con un abrigo. Estaba muy nerviosa y sufría un ataque de ansiedad. Una patrulla de la Guardia Civil acudió al lugar y se hizo cargo del caso. El hombre no llegó a ser detenido.

La fiscalía consideró que estos hechos constituían un delito de abuso sexual y reclamó para el hombre una condena de tres años de prisión, una orden de alejamiento de la víctima de cuatro años y que la indemnizara con mil euros por los daños morales causados.

El ministerio público rebajó ayer sus pretensiones tras alcanzar un acuerdo con el abogado defensor, Miquel Àngel Ordinas. Las partes acordaron una pena de un año y un día de cárcel, que queda suspendida a condición de que el hombre no cometa más delitos en el plazo de dos años y que abone la compensación económica a la mujer en los próximos cuatro meses.

El procesado compareció entonces en un juzgado de lo penal de Palma, donde reconoció los hechos ante la jueza, se declaró autor del delito de abusos sexuales y acató la condena pactada. La magistrada dictó sentencia de viva voz.