Tres jóvenes fueron condenados ayer a pagar multas de entre 90 y 270 euros por robar un teléfono móvil en un taxi aparcado en Palma y venderlo en una tienda de segunda mano. La fiscalía reclamaba inicialmente para ellos penas que sumaban casi cinco años de prisión, pero ayer rebajó su petición a una mera sanción económica porque retiró la acusación de haber fracturado una ventanilla del vehículo para cometer el robo.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 16 de julio de 2018, cuando los acusados se apoderaron de un teléfono móvil valorado en 170 euros de un taxi aparcado en la calle Juan Gris y lo vendieron en una tienda de segunda mano por 40.