Una operación conjunta de la Policía Nacional y la Policía Local de Palma ha permitido desmantelar en Costitx un centro de producción industrial de marihuana, con sofisticados sistemas de cultivo, en el que había 475 plantas. En la operación Draco han sido detenidos dos hombres, entre ellos el presunto responsable de la plantación, considerado uno de los mayores expertos en el cultivo de cannabis sativa de la isla.

Fuentes de la Policía informan de que la investigación se originó alrededor de un local ubicado en la zona de la Plaza del Tubo de Palma, que en teoría comercializaba de forma legal productos relacionados con el cannabis, pero que realmente distribuía ingentes cantidades de droga.

Sin embargo, el perfil del encargado de este establecimiento encajaba con el volumen de producción de droga. Las pesquisas prosiguieron hasta conducir a un segundo individuo, un español de mediana edad que resultó ser, según la Policía, "un maestro" en el cultivo de la marihuana. Se trataba de un "estudioso incansable", con vastos conocimientos sobre las técnicas de producción de esta droga. Este hombre había financiado una gran plantación con las técnicas más sofisticadas: diferentes dependencias, división por fases de crecimiento y variedad de las plantas, un compartimento de secado y una instalación de experimentación mecánica.

Una vez reunidas una serie de pruebas sobre las actividades ilegales de estos dos hombres, la Policía llevó a cabo un operativo con detenciones simultáneas y registros en Palma y PalmaCostitx. En esta fase de la operación los agentes se incautaron de seis kilos de marihuana ya dispuesta para su venta y 475 plantas en diferentes estadios de crecimientos. También descubrieron un laboratorio de estudio y elaboración de sustancias complejas derivadas del cannabis.

Los investigadores comprobaron entonces la elevada preparación del principal sospechoso, que le convertiría en uno de los mayores especialistas en producción y procesamiento de marihuana de Balears. Este hombre demostró un elevado celo a la hora de ocultar la planta de tratamiento. Allí había varios invernaderos bajo enormes lonas de color negro que ocultaban los potentes focos de luz y calor, activos las 24 horas del día, que estaban ubicados en una finca de más de 6.000 metros cuadrados, en una zona de exclusión aérea.