La Audiencia de Palma ha condenado a una pena de dos años y medio de prisión al autor del mayor incendio forestal de Balears. El tribunal de la sección segunda ha impuesto también al vecino de Andratx acusado del gran incendio de la Serra de Tramuntana, que arrasó más de 2.300 hectáreas en el verano de 2013, una multa, cinco años de libertad vigilada y una indemnización de más de siete millones de euros por los graves daños ocasionados en las fincas de la isla y el elevado coste de las tareas de extinción.

Además, la sala ha prohibido al hombre realizar barbacoas y participar en ellas y le obliga a seguir programas formativos sobre el medio ambiente y los riesgos del fuego en determinados parajes y bajo determinadas condiciones y a someterse a un tratamiento médico externo. El tribunal ha considerado al sospechoso autor responsable de un delito de incendio forestal por imprudencia grave con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de trastorno mental.

Así, la sala ha tenido en cuenta la "evidente enfermedad mental de larga duración" del procesado y que por ello no pudo prever los resultados de su conducta, por muy gravosos que hayan sido, pero sí pudo advertir a los primeros agentes que acudieron a la finca que el autor de los hechos había sido su hermano.El encausado está diagnosticado de una psicosis esquizofrénica de tipo paranoide de larga evolución, presenta un deterioro cognitivo importante de tipo psicótico y, por ello, sus funciones intelectivas, volitivas y cognoscitivas se encuentran muy disminuidas.

Los psicólogos forenses apuntaron que sería necesario que siguiera controles y tratamiento psiquiátrico ambulatorio. Del testimonio de los peritos se desprende un deterioro mental muy importante, muy disminuido pero, "en ningún caso, un deterioro que anulase totalmente" sus facultades, según destaca la sentencia, que no es firme. La fiscalía reclamó una pena de cinco años de cárcel y una multa para el vecino de Andratx, mientras que el abogado defensor, Joan Sastre, solicitó la libre absolución al considerar que se trataba de un incendio por imprudencia leve y, alternativamente, pidió un año y medio de prisión.

Según se declara probado, los hechos ocurrieron el pasado 26 de julio de 2013, sobre las ocho de la tarde, cuando el procesado, de 58 años, esparció los restos de una barbacoa, sin extinguir del todo, en un montón de restos de poda en la ladera de la montaña conocida como sa Coma y Can Curt, en Andratx. Luego, se produjo la combustión y afectó a la masa forestal colindante. En esos momentos, la temperatura era cercana a los 38 grados, la humedad relativa entorno al 35 por ciento y la velocidad del viento cercana a los nueve metros por segundo.

Abundante combustible

Además, existía abundante combustible ligero muerto, consistente en hojas de pino secas, y combustible vivo, matorrales y arbolado, que entraron en ignición con facilidad. El acusado, tras esparcir los restos de la barbacoa, abandonó la zona de inmediato. Esta actividad requería la preceptiva autorización de la conselleria de Medio Ambiente, según la normativa que regula el uso del fuego en las islas.El incendio forestal se propagó con gran virulencia por la Serra de Tramuntana y no fue extinguido hasta cuatro días más tarde, el 30 de julio de 2013. Afectó a los municipios de Andratx, Estellencs y Calvià, la zona sudoeste de la isla. La superficie quemada fue de 2.347 hectáreas, más de la mitad de las cuales formaban parte del Paraje Natural de la Serra y eran terrenos protegidos en el PORN.

Entre las fincas afectadas se encontraba La Trapa y es Galatzó, con áreas protegidas LIC y ZEPA. Más de 2.200 hectáreas incendiadas son de propiedad privada y 160, de propiedad pública. En la zona devastada había 42 viviendas de las que solo siete estaban sin habitar. Como consecuencia del voraz fuego, 750 personas fueron desalojadas de sus casas sin que hubiera que lamentar heridos. Las parcelas catastrales afectadas fueron 841. Más de una treintena de propietarios resultaron perjudicados.

Las llamas quemaron 4.600 árboles, que tuvieron que ser talados. Esto supuso un coste de más de tres millones de euros, incluyendo la restauración de la zona. El incendio también afectó a la carretera de la Serra (Ma-10) con desperfectos por valor de un millón. El coste de extinción ascendió a más de 400.000 euros y el desastre natural causó un impacto en los acuíferos de Andratx.

La Audiencia ha concluido que la imprudencia fue grave. Los hechos denotan una "intolerable, por elemental, inobservancia de las normas de cuidado exigibles para la actividad desempeñada", que requería autorización y, probablemente por la localización de la finca no le hubiera sido otorgada, señala la sentencia. Además, la sala ha rechazado las atenuantes planteadas por la defensa de dilaciones indebidas, confesión y reparación del daño.

Pese a que el tribunal ha impuesto al sospechoso una pena que supone el ingreso en prisión, deja abierta la puerta a que el juzgado de vigilancia penitenciaria le suspenda la ejecución de la pena privativa de libertad. Atendiendo a las circunstancias personales del procesado y al peligro inherente a su fragilidad mental, ha acordado una medida de seguridad consistente en cinco años de libertad vigilada para lograr la protección del propio acusado y de las consecuencias que pudieran tener sus actos futuros. Así, le prohíben realizar barbacoas y le obligan a someterse a un tratamiento médico externo.

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