Las estadísticas de la Policía Local de Palma revelan también las elevadas cifras de conductores que circulan bajo la influencia del alcohol o las drogas. Un total de 317 personas fueron detenidas o sancionadas en la ciudad por esta causa a lo largo del año pasado.

Según los datos policiales, en 2019 hubo 192 conductores que fueron detenidos por superar el límite de 0,60 miligramos de alcohol en el control de alcoholemia, que marca la diferencia entre una infracción administrativa y un delito.

Otros 125 conductores fueron sancionados por conducción bajo la influencia de alcohol o drogas, por dar positivo pero por debajo del límite considerado como delito, tras ser sometidos a un control después de realizar una infracción de tráfico o verse implicados en un accidente.

Por contra, la cifra de conductores que fueron detenidos por negarse a someterse a la prueba de alcoholemia es relativamente baja: quince casos. Fuentes policiales lo explican en que la mayoría de los conductores son conscientes de que esta negativa acarrea la detención y sanciones elevadas.

Los datos de la Policía muestran también una alta incidencia de conductores que circulan sin el preceptivo permiso. A lo largo del año pasado fueron detectados 96 casos penales, lo que implica que nunca han tenido ningún tipo de carné de conducir.

Uno de los casos más llamativos se dio el 21 de julio, cuando la Policía descubrió que un conductor se había quedado dormido al volante en medio de la calzada, frente a un semáforo de la plaza Miquel Dolç, en Son Gotleu. Le hicieron la prueba de alcoholemia y dio una tasa de 1,00, cuatro veces superior al permitido.