El dueño de un restaurante de Palma fue condenado ayer a medio año de prisión por acoso sexual a una empleada. El acusado reconoció que al menos durante seis meses realizó continuas proposiciones sexuales a la víctima, a la que llegó a manosear e intentó desnudar, y le envió numerosos mensajes. La mujer rechazó siempre sus propuestas y acabó siendo despedida. La sentencia obliga al acusado a indemnizarla con 3.000 euros.

La víctima comenzó a trabajar en agosto de 2016 como ayudante de camarera en un local que el hombre y su mujer regentan en la zona de Arxiduc. El acoso comenzó unos meses después. En febrero de 2017, el acusado pidió a la joven que acudiera al local una hora antes de abrir para ayudarle a preparar unos platos. Aprovechando que los dos se quedaban entonces solos y el negocio estaba cerrado, el hombre empezó a decirle que quería mantener relaciones sexuales con ella. Lo hizo tanto en persona como a través de mensajes de WhatsApp y Facebook, en los que le pedía que le dejara tocarle el culo y le enseñara la ropa interior.

El acusado llegó en alguna ocasión a someter a tocamientos a la víctima y trató de bajarle los pantalones. La respuesta de la mujer fue siempre negarse y decirle que solo quería trabajar.

Esta situación provocó en la joven una situación de ansiedad y desazón, ya que ante el rechazo de la perjudicada el hombre empezó a menospreciarla y poner trabas a su trabajo. La víctima acabó siendo despedida en agosto de 2017 y presentó una denuncia contra su exjefe. La Policía Nacional puso en marcha una investigación y apenas un mes después arrestó al acusado.

La fiscalía le imputó un delito de acoso sexual y reclamó para él una condena de siete meses de prisión. El hombre compareció ayer en un juzgado de lo penal de Palma, donde reconoció los hechos tras el acuerdo que alcanzaron su abogado, la fiscal y el letrado de la víctima, que ejercía la acusación particular.

Finalmente, el procesado aceptó una pena de seis meses de cárcel, que queda suspendida a condición de que no cometa nuevos delitos en dos años. Además, deberá indemnizar a la joven con 3.000 euros y no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante un año.

La magistrada dictó sentencia de viva voz.