Un fallo en la caldera provocó una mala combustión que derivó en un escape de monóxido de carbono en un domicilio del barrio palmesano de Son Armadans. La consecuencia directa fue la muerte por intoxicación de un hombre de 73 años. Su esposa, de 60 años, fue hospitalizada en estado muy grave.

Investigadores del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica de la Policía Nacional realizaron una minuciosa inspección ocular. Las primeras hipótesis ya apuntaban a que la muerte del hombre había tenido un carácter accidental.

Las pesquisas se centraron en la caldera, situada bajo un bungalow de una urbanización ubicada en el 7a de la calle Son Armadans de Palma El monóxido de carbono se había colado al interior de la vivienda y fue acabando con el oxígeno. El hombre, de 73 años, falleció y su mujer, de 60, fue hallada aún con pulso.

La hermana de la mujer mostró su preocupación ante la ausencia de noticias de ella, muy activa en las redes sociales y no había registrado ninguna acción en los últimos días. Al residir fuera de la isla, se puso en contacto con el hijo de él para que se personara en el domicilio.

Nadie contestaba a la puerta en el interior del domicilio. Tras avisar a los servicios de emergencias, el hijo accedió al inmueble con una copia de las llaves. El hombre ya había fallecido y la mujer se encontraba desvanecida con un hilo de vida.

Acumulación de gas

La alarma del medidor de la camilla de las asistencias sanitarias saltó al detectar en el ambiente una elevada cantidad de monóxido de carbono en el interior de la vivienda. Ante el evidente peligro que representaba la acumulación de gas, se instó a los presentes a abandonar de inmediato el domicilio. Antes abrieron las ventanas de par en par para que se ventilaran todas las estancias.

El cuerpo del fallecido fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal. Mientras, la mujer fue trasladada en una UVI móvil a Son Espases, donde quedó ingresada en estado muy grave. La afectada permanecía ayer en esta misma situación.

Desde un principio todas las sospechas de los investigadores fueron dirigidas hacia la caldera. Dos factores habrían contribuido al fatal desenlace. Por un lado, una mala combustión habría provocado un escape de monóxido de carbono. Por otro, la ausencia de ventilación para favorecer la entrada de oxígeno habría derivado en la acumulación de gas hacia el interior de la vivienda.

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