La Audiencia de Palma juzgó ayer a un hombre por intentar matar a una mujer golpeándola en la cabeza con una azada, lo que le hizo perder la conciencia durante 20 horas, en una urbanización de Sant Lluís, en Menorca, en septiembre de 2017. El sospechoso, un inglés que permanece preso desde hace más de dos años, también está acusado de robo con violencia, daños y malos tratos en el ámbito de la violencia de género, además de un delito de tentativa de homicidio con la agravante de actuar por razones de género y la de parentesco, ya que el fiscal sostiene que la víctima era su pareja. Mientras, el encausado negó ayer todos los cargos, así como que la perjudicada fuera su compañera sentimental.

La fiscalía solicitó casi 15 años de cárcel y de forma alternativa un año y medio menos al plantear que, si los hechos no son un homicidio en grado de tentativa, podría tratarse de un delito de lesiones agravadas con uso de instrumento peligroso con la agravante de multirreincidencia. Por su parte, el abogado defensor reclamó la libre absolución de su cliente y, subsidiariamente, argumentó que no existió dolo de matar y que el hombre se hallaba muy bebido y bajo los efectos de las drogas.

El tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Palma se desplazó ayer a Maó para celebrar el juicio. El caso quedó visto para sentencia sobre las tres de la tarde. El sospechoso negó las acusaciones y dijo que solo se defendió cuando ella le atacó, mientras que la víctima confirmó que fue golpeada en la cabeza y quedó varias horas inconsciente en el suelo.

Los primeros hechos se remontan al pasado 17 de julio de 2017 en el domicilio de la mujer, en Sant Lluís, cuando el hombre discutió con ella al considerar que había llegado tarde a casa y además le reprochó que no hubiera retirado dinero que él necesitaba de una entidad. Durante la disputa, según el fiscal, el sospechoso la cogió con fuerza del cuello y la golpeó contra la pared. Luego, cogió un cuchillo y la atemorizó colocándoselo en el cuello, al tiempo que le exigía 300 euros. Finalmente, la agredió también con el cuchillo en el hombro.

Cerca de dos meses después, el 7 de septiembre de 2017 se produjo otra disputa fruto de los celos del acusado, según el ministerio público. La perjudicada consiguió calmarlo en un primer momento y ambos fueron a un domicilio donde ella trabajaba limpiando. En esa casa, volvieron a discutir y él la agarró de los brazos, la arrastró por las escaleras y le propinó puñetazos y bofetadas en la cara, patadas en el cuerpo y la golpeó en la espalda con una guitarra.

Acto seguido, el encausado supuestamente cogió un zapapico, una especie de azada, y golpeó varios objetos de la vivienda. Por último, golpeó a la mujer en la cabeza con la herramienta mientras la amenazaba de muerte, según el fiscal. Ella quedó inconsciente hasta el día siguiente por la tarde cuando despertó y consiguió escapar del lugar.

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