Una pelea a puñetazos tuvo lugar la tarde del jueves en uno de los módulos más conflictivos de la prisión de Palma por una tarjeta del economato del centro. Como consecuencia de la reyerta, un interno tuvo que ser hospitalizado y otros dos fueron trasladados a aislamiento.

La refriega tuvo lugar la tarde del jueves en el Centro Penitenciario de Palma. Entre muchos internos está implantado un mecanismo de extorsión por medio de la utilización de las tarjetas del economato de la prisión. Algunos presos se las roban o trapichean con ellas. En esta ocasión, un tercer preso usaba la tarjeta de uno de los implicados en la pelea.

La intervención de los funcionarios evitó que la pelea llegara a mayores. No obstante, uno de los reclusos tuvo que ser hospitalizado como consecuencia de las lesiones que presentaba. Mientras, los otros dos implicados en la reyerta fueron trasladados a aislamiento.

En los últimos días, las peleas de presos se han sucedido en el Centro Penitenciario de Palma. Así, el pasado día 2 de enero tuvo lugar otra violenta pelea en uno de los módulos más problemáticos del recinto. Hubo un intento de apuñalamiento con un pincho de fabricación casera. Tres de los implicados en la reyerta fueron trasladados a aislamiento y otros internos tuvieron que ser cambiados de módulo. Durante los registros en las celdas, los funcionarios intervinieron un teléfono móvil, un cargador, un enchufe USB, jeringuillas y una tarjeta de economato. Los primeros son elementos prohibidos en la cárcel y la última se utiliza como método de extorsión entre los presos.

El mismo día 2 de enero, un interno en aislamiento del Centro Penitenciario de Palma prendió fuego a su celda. Los mismos funcionarios de la prisión se encargaron de sofocar el incendio.

De acuerdo con los datos manejados por la Asociación de trabajadores penitenciarios 'Tu abandono me puede matar' en el Centro Penitenciario de Palma hay un exceso de 200 reclusos por encima del aforo máximo para el que la prisión palmesana fue construida. Los funcionarios denuncian que la escalada de violencia no se contiene debido a la "falta de conducciones inmediatas (a otras prisiones) de aquellos internos que protagonizan incidentes muy graves". También lo achacan a las 36 vacantes de trabajadores en la cárcel de la capital balear y 72 en todos los penales de las islas.

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