Cuando se quedaba a solas con su sobrina de corta edad, un joven de 23 años le introducía a la niña los dedos en los genitales. Los abusos sexuales se iniciaron cuando la menor contaba tan solo con tres años y se prolongaron hasta que cumplió los cinco. El sujeto fue condenado ayer a seis años de prisión por este delito.

Los hechos que se enjuiciaron ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma tuvieron lugar entre los años 2016 y 2018 en un domicilio de la calle Jeroni Pou de Palma. El último episodio lo llevó a cabo la mañana del 25 de noviembre de 2018. El pedófilo aprovechó que su madre había salido del domicilio para introducir uno de los dedos en las zonas íntimas de la niña.

El fiscal pedía inicialmente para el procesado una pena de doce años de prisión por un presunto delito continuado de abuso sexual continuado a una menor de 16 años con acceso carnal por vía vaginal y anal. No obstante, el representante del ministerio público y la defensa del encausado, ejercida por el letrado Toni Tugores Ramis. alcanzaron un acuerdo de conformidad con lo que la petición de prisión se redujo a la mitad: seis años.

Con carácter previo a la celebración de la vista en la Audiencia Provincial, el procesado había consignado en el juzgado la suma de 15.000 euros, en concepto de responsabilidad civil, para hacer frente a los daños morales ocasionados a la menor. Esta acto fue considerado como un atenuante muy cualificado de reparación del daño.

El acusado ha comparecido en la sala con el rostro cubierto con una capucha para evitar que la imagen de su cara fuera captada por los fotógrafos que cubrían el juicio.

Durante la vista, el procesado reconoció su culpabilidad en los abusos sexuales continuados a su sobrina de corta de edad, durante dos años, hasta noviembre de 2018.

La condena también estableció para el acusado la completa prohibición de realizar cualquier trabajo relacionado con menores durante un periodo de 11 años. También se decretó una orden de alejamiento de la menor y la prohibición de contactar con ella por cualquier medio telemático o telefónico.

Libertad vigilada por diez años

La resolución judicial también estableció que el acusado sería sometido a libertad vigilada durante diez años, una vez que cumpla la condena y salga de prisión.

Tras aceptar el acusado todos los términos de la condena y negarse a plantear recurso alguno contra ella, el juez dictó sentencia 'in voce' y se consideró firme.

Cuando el acusado fue devuelto a los calabozos para ser conducido a prisión, un familiar de la niña se abalanzó sobre él para tratar de golpearle. Los policías que le custodiaban impidieron que consumara la agresión.