Silvestre del Río es un veterano policía de Marratxí que lleva años dedicado a la atención a menores. Su trabajo le permitió descubrir la elevada cifra de conflictos, que llegaban incluso a agresiones de hijos a padres, relacionadas por el mal uso de las nuevas tecnologías y la falta de herramientas de muchos progenitores. Este convencimiento le llevó a poner en marcha, junto a varios compañeros, la iniciativa Educando Proteges, que promueve el uso responsable de estos dispositivos. Su última campaña, que ha tenido una gran repercusión en redes sociales se engloba bajo los epígrafes YoTampocoSeLoDoy y ÚneteALaResistenciaMenos12No. Se trata de algo muy sencillo: promover que los padres soporten la presión social y no den un teléfono móvil propio a sus hijos antes de los doce años. "Tenemos la falsa sensación de que un niño con una tablet en su habitación está seguro, pero si no lo controlamos lo exponemos a cualquier peligro, es como dejarlo solo de noche en plena calle".

La iniciativa Educando Proteges partió cuando del Río se percató de que una gran parte de las conductas inapropiadas por las que tenía que intervenir como Policía de Menores en Marratxí tenían que ver con las nuevas tecnologías. "Me encontraba con que la mayoría de los conflictos, que llegaban incluso a agresiones de hijos a padres, venían cuando los progenitores trataban de imponer castigos como retirarles el móvil, el ordenador o la wifi".

Este agente constató que en gran parte estos conflictos estaban propiciados por la actitud de los propios padres, que carecían de herramientas para prevenir estos problemas. Fue entonces cuando puso en marcha la iniciativa Educando Proteges, que incluye consultas privadas para padres, en las que se dan directrices para evitar los conflictos o pautas de actuación para cuando estos ya han aparacido. También imparte conferencias y talleres dirigidos tanto a padres, menores o profesores.

Silvestre del Río explica que una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los padres son los constantes cambios en las peligros que acechan a los menores, por lo que se necesita una actualización constante. "El año pasado tuvimos el reto viral de Momotuvimos el reto viral de Momo, en el que una imagen terrorífica se había intercalado en medio de dibujos animados en Youtube Kids y ordenaba a los niños que mataran a sus padres", recuerda del Río. "Y se convirtió en viral precisamente por las advertencias que difundían los padres". Otra de las amenazas que han encontrado es la Ballena AzuBallena Azul, "un juego de desafíos aparentemente inofensivo pero que acaba pidiendo a los niños que se corten con una cuchilla o se suiciden".

"Hay más ejemplos", prosigue el experto. "En Instagram hay muchos menores que tienen más de una cuenta, unas controladas por sus padres y otras no. Pero hay muchas aplicaciones que los padres no conocen, como F3Cool o TikTok, que permiten que cualquier desconocido contacte con los niños y favorece actuaciones de pedófilos o casos de acoso escolar".

Silvestre del Río ha detectado en Mallorca numerosos casos de niños de once y doce años con conductas hipersexualizadas por la influencia de las imágenes que ven a través de los móviles, y que cuelgan imágenes propias sin ser conscientes de las consecuencias.

La dictadura del Like

"Viven bajo la dictadura del Like,", comenta. "Son capaces de hacer cualquier cosa por tener pulgares arriba y más seguidores".

Las amenazas son múltiples. Hay páginas en las que se promueve la anorexia, con pautas para ocultarlo a los padres. Algunos estudios apuntan a que un tercio de los menores de entre once y dieciséis años han intercambiado imágenes sexuales, lo que se conoce como sexting. "Esto no es delito hasta que los novios rompen y él decide difundir las fotos de su ex, por ejemplo". O luego está el grooming, cuando el que incita a compartir estas fotos es en realidad un adulto, un pederasta que se hace pasar por menor. Y luego amenaza a la víctima con difundir estas fotos para conseguir una cita.

Y cuando los padres tratan de restringir el uso de estos dispositivos es cuando surgen las conductas violentas. "La mayoría de las actuaciones policiales por estos casos se dan cuando los padres tratan de quitarle el móvil. Muchos de estos chicos tienen un umbral de frustración muy bajo y llegan a tener comportamientos violentos". Algunos de los datos que maneja del Río refiere que en Mallorca se registraron 259 agresiónes de hijos a padres a lo largo de 2018. "Y hay estudios que apuntan a que solo se denuncian el diez por ciento de los casos".

Únete a la resistencia: yo tampoco se lo doy

En sus charlas Silvestre del Río pone el foco en los padres. "El eslabón más débil de esta cadena somos los progenitores. No estamos actualizados, por falta de recursos o falta de habilidades. Y el que los padres no entiendan de tecnología pone en riesgo a sus hijos", comenta. Por eso, este experto organiza también talleres para enseñar a los padres pautas de seguridad.

La última campaña que promueve, YoTampocoSeLodoy, se basa en un precepto muy básico: nunca, bajo ningún concepto, permitir que un menor de doce años tenga un smartphone propio. "Es preferible que tenga un móvil sin Internet, que existen, y solo Internet en casa. Y luego ir dejándoselo progresivamente".

Los expertos recomiendan no exponer a pantallas nunca a menores de dos años. "Ni para comer", comenta el policía. Entre dos y cinco años, un máximo de treinta minutos al día y siempre con la supervisión de un adulto. Y entre cinco y doce años, máximo una hora diaria y controlado.

Del Río hace un llamamiento para que la gente aguante la presión social. "No puede ser que el regalo estrella de la comunión, con ocho años, sea un smartphone. Es una locura. Pero son los padres los que generan esa presión. Tenemos que desactivar el argumento de que si el niño no tiene un móvil será un excluido social".

www.educandoproteges.com

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