El policía nacional Juan Martos, de 36 años, paseaba el pasado 3 de diciembre paseaba en su día libre con su esposa y su hijo de un año en brazos por el barrio palmesano de es Rafal cuando una escena espeluznante tuvo lugar ante sus ojos. Un camión de basura arrolló a una mujer de 76 años y le amputó una pierna y le dejó catastrófica la otra extremidad. "Le pedí un cinturón a uno de los camioneros", explica. Su reacción fue providencial, consiguió detenerle la hemorragia y salvarle la vida.

Los hechos ocurrieron sobre las diez y media de la mañana del pasado 3 de diciembre en la calle Lledoner de Palma. "Escuché unos gritos alarmantes y le di mi hijo a mi mujer para acercarme a ver qué pasaba". La escena era desoladora. Una mujer de edad avanzada estaba tendida en el suelo boca arriba sobre un gran charco de sangre.

"La mujer tenía la pierna izquierda completamente amputada por encima de la rodilla y otra muy mal, con un grave destrozo. Pero no se quejaba", indica. Unos metros más adelante, el camión de limpieza de Emaya se había detenido. "Un camionero lloraba", abunda. Sin pensárselo dos veces, le pidió un cinturón a uno de los operarios de la empresa municipal de limpieza y apretó con fuerza a la víctima a la altura de la ingle para hacerle un torniquete y contener la hemorragia.

El policía también se preocupó de que la mujer no perdiera el conocimiento hasta la llegada de las asistencias sanitarias. Fue al llegar las ambulancias, cuando el esposo se percató de lo sucedido y se derrumbó. Juan Martos tuvo que atenderle también a él hasta la llegada de otro vehículo sanitario. "El marido no era consciente de lo que le habia pasado a su mujer. Fue al verla atendida por las ambulancias cuando estuvo a punto de desmayarse", resalta.

El personal sanitario ensalzó la labor determinante del agente para salvarle la vida a la mujer. "Me dijeron que si no le hubiera hecho el torniquete habría muerto desangrada", recuerda. La víctima fue trasladada a Son Espases, donde quedó ingresada en estado muy grave.