El procesado por el crimen de su exsuegro en Sencelles ha sido condenado a una pena de 25 años de prisión por el delito de asesinato en concurso con robo con violencia. El veredicto del jurado ya decretó por unanimidad la culpabilidad del acusado.

Los hechos por los que Antonio Borràs Fernández ha sido condenado a 25 años tuvieron lugar entre las nueve de la noche del 15 de mayo y las dos de la madrugada del 16 de mayo de 2017 en una finca de Sencelles. El acusado acudió a la finca donde residía su exsuegro, Juan Antonio Florit, de 57 años.

De acuerdo con la sentencia, en la cocina se inició una discusión entre ellos. Con la intención de “quitarle dinero o algún objeto de valor, decidió acabar con su vida”, explica el fallo.

La víctima tenía una discapacidad física reconocida del 43 por ciento. El asesino se habría aprovechado de esta circunstancia, la indefensión de su exsuegro, y se habría prevalido de su mayor corpulencia física para asesinar a Juan Antonio Florit a puñetazos y cuchilladas. Antes de causarle la muerte, le provocó un prolongado sufrimiento.

En primer lugar, el asesino le propinó una serie de puñetazos en la cara y en los costados. Acto seguido le golpeó con una olla en la cabeza y con una vasija de barro. A continuación, le asestó casi medio centenar de puñaladas que le causaron la muerte.

Las cuchilladas le alcanzaron las manos y en los brazos. La víctima presentaba heridas de defensa. El asesino empleó una brutalidad desmedida. Hasta el punto de que las puñaladas le fracturaron el cúbito y también le causó la amputación limpia de un dedo. A continuación, le acuchilló en el cuello y en el tórax. Antes de la última puñalada, estaba sin vida.

Además de la condena a 25 años de cárcel, la sentencia también establece como indemnización a los familiares de la víctima diversas cantidades que suman 260.000 euros.

El acusado dijo no recordar nada

El veredicto del jurado determinó que el acusado había cometido un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y otro de robo con violencia e intimidación. A raíz de la resolución del tribunal popular, la fiscalía solicitó para el procesado 30 años prisión y la acusación particular se adhirió a esta solicitud en lugar de su petición inicial de prisión permanente revisable. La defensa, por su parte, reclamó que los delitos fueran entendidos en grado mínimo.

Durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, Antonio Borràs mantuvo que no se acordaba de nada de lo sucedido por encontrarse bajo los efectos de la cocaína. La sentencia recoge en parte esta adicción y, aunque le condena por asesinato establece la pena en 23 años.