Alberto Encinas ha querido expresar su infinito agradecimiento a los agentes de la Guardia Civil, y se ha fundido con ellos en un fuerte abrazo, después de haber conseguido liberar a su hija Olivia en Polonia tras ocho años secuestrada por su madre en Polonia. "Estamos muy sorprendidos. La reacción de mi pequeña es increíblemente positiva. Ella está muy feliz. Ni en el mejor de los escenarios podíamos soñar que ella iba a responder de esta manera", ha expresado su emocionado progenitor con lágrimas en los ojos.

El padre también ha expresado su agradecimiento a los vecinos de Pollença su lugar de residencia en Mallorca. "La gente está teniendo un comportamiento increíble. Nos respetan muchísimo. Nos guiñan el ojo y nos sonríen en la distancia. Nos dejan espacio. Es un pueblo sólido, de una pieza, y les tenemos que agradecer la ayuda que nos han ido prestando durante todo este tiempo. Su hermana Elena se ha sumado a los agradecimientos a la Guardia Civil y al cónsul "que nos acompañó a buscar a Olivia y fue la guinda del pastel". "Ella siente que está liberada", ha subrayado.

"Éramos conscientes de que se podía dar una situación difícil. Nos hemos mantenido con precaución. En el momento en el que Olivia entró en la sala fue todo muy fácil. Miraba con curiosidad y tenía sensaciones", ha descrito el padre en el instante del reencuentro con su hija.

Alberto Encinas ha reconocido que cuando le avisaron de que su hija había sido liberada no se lo acababa de creer. "Nos han hecho muchas jugarretas (en Polonia) y nos han engañado muchas veces", ha resaltado. La primera reunión la tuvo en el juzgado polaco y de allí fueron a un orfanato donde se materializó el anhelado reencuentro de padre e hija. De cara a la normalización de la menor, el padre contempla que tome clases particulares antes de ir a un centro escolar.

"Ha sido muy duro. Más duro todavía de lo que estáis imaginando". Con estas palabras ha descrito Alberto los ocho años de interminable ausencia de su hija desde que su madre la secuestrara en la Nochevieja de 2011. "No veía cómo dar con ella. La policía y la fiscalía polacas nos estaban engañando y nos han puesto muchas trabas. Encontré a a mi hija en fotografías haciéndose el carné de identidad polaco junto a dos policías. Estaba acompañada por su madre, que tenía una orden de arresto emitida por Interpol. Era una lucha muy difícil hasta que entró en la investigación con energía la Guardia Civil. Entonces esto empezó a cambiar", ha resaltado.

Alberto Encinas no ha escatimado elogios para ensalzar la labor del instituto armado en el feliz reencuentro con su hija. "Yo soy su papá y no sé lo que es rendirse en el hecho de buscar a mi hija. Pero que la Guardia Civil no lo haga tampoco... Tenían un concepto paralelo al mio", ha destacado.

Respecto a las condiciones en las que ha estado Olivia en Polonia durante estos ocho años su padre no alberga la menor duda: "En cautiverio", asevera. "De vez en cuando suelta algo. Ha estado privada. No se ha relacionado con otros niños. También ha contado que ha ido cambiando de casa a menudo", abunda. "Necesitaba esto. Está feliz, corre mucho por el campo..", señala.

Aunque Olivia no ha hecho mención a su madre aún, sí que ha tenido la iniciativa de mandar un mensaje a su progenitora.

Un policía polaco también resultó clave en la feliz resolución del caso. Este mantenía contactos con la Guardia Civil y localizó el domicilio donde se encontraba la menor.

Por su parte, el coronel Alejandro Hernández, jefe de la Guardia Civil de Balears, también ha agradecido que la familia de Olivia que se hubiera personado en la Comandancia para compartir con ellos su felicidad tras la recuperación de la niña. "Los dos investigadores no han cejado ni un momento. También estamos emocionados por haberle ayudado. No hemos hecho más que cumplir con nuestro deber", ha señalado. En cambio, Alberto Enzinas le ha replicado que "hay gente que trabaja ocho horas y se va a su casa. Otras personas como la Guardia Civil van más allá y esto no está pagado", ha recalcado el padre.