La indigente de Son Peretó se quemó sola por accidente. La investigación de la Policía Nacional dio ayer un giro inesperado, cuando las pruebas de laboratorio apuntaron a que el fuego que hirió a la mujer se habría producido al tratar de encender un cigarro después de que se derramara sobre la ropa parte de la bebida que estaba consumiendo. La Policía dejó libre ayer por la tarde al hombre de 51 años, amigo de la víctima, que fue detenido el martes por la mañanadetenido el martes por la mañana, muy poco después del incidente. Mientras, la mujer, de 70 años, permanecía ayer en estado crítico en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona, con quemaduras de segundo y tercer grado en el 20% de su cuerpo.

La confusión inicial partió de los comentarios de la mujer quemada. Cuando fue atendida por una empleada de Emaya, que fue la primera en auxiliarla al verla con la ropa en llamas, comentó que un hombre moreno, con una chaqueta de cuero negra y "como un loco" le había pegado fuego. En ese primer momento varios testitos apuntaron a que la mujer solía frecuentar la compañía de otro indigente, que vivía muy cerca de allí. Agentes de la Policía Local acudieron rápidamente a la casa ocupada donde vive este hombre, y le trasladaron al parque de Son Peretó. No había ningún testigo que hubiera presenciado lo ocurrido, por lo que la Policía Nacional optó por conducir al hombre a comisaría, primero como testigo y posteriormente en calidad de detenido, para que tuviera derecho a la asistencia de un letrado.

Sin embargo, la Policía mantuvo desde un principio que no se descargaba ninguna hipótesis sobre las circunstancias de los hechos.

Una botella de whisky

Los investigadores descubrieron que la mujer había comprado esa mañana una botella de whisky, y que había estado bebiendo sentada en el banco de Son Peretó. Las pesquisas apuntaban cada vez más a un acciddente. La hipótesis que manejaba la Policía era que la mujer se hubiera derramado sin querer el whisky sobre la ropa, y que se le hubiera prendido fuego cuando intentó encender un cigarro. Al parecer, la ropa que llevaba era de un material muy combustible.

Esta circunstancia explicaría que las quemaduras solo hubieran afectado a una parte concreta de la mujer, la cadera y el tórax, y que nadie hubiera visto a ningún extraño cuando le pegaba fuego.

De hecho, la primera testigo, la trabajadora de Emaya que asistió a la víctima en una primera instancia, no vio a nadie más. Cuando se percató de lo ocurría, la víctima tenía la ropa quemada, pero no había nadie cerca. En el lugar los agentes no encontraron ningún recipiente ni trazas de combustible.

Los investigadores enviaron el mismo martes muestras del jersey que llevaba la muyer a un laboratorio de la Dirección General de la Policía. Pretendían determinar así el producto que lo habría impregnado y que habría facilitado su combustión. Los investigadores recibieron ayer por la tarde los resultados de esta prueba, que confirmaría la etiología accidental del caso.

Fuego accidental

La Policía informó ayer por la tarde que la línea de investigación que sigue el Grupo de Homicidios es que la causa más probable del fuego fuera accidental. En cualquier caso, los agentes seguían investigando y oficialmente no se descartaba ninguna hipótesis, incluida la participación de otras personas.

En estado crítico

María Ángeles, la mujer de 70 años que sufrió graves quemaduras en Son Peretó, permanecía ayer ingresada en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona en estado crítico, según informó un portavoz del centro. La herida fue trasladada inicialmente a Son Espases, donde los especialistas apreciaron que tenía severas quemaduras, de segundo y tercer grado, en el 20% de su cuerpo. Ante la gravedad de las lesiones fue trasladada el mismo martes a Barcelona.