Una cierta psicosis de un posible derrumbe se ha instalado en los últimos días en muchos vecinos de Palma. La lluvia pertinaz caída y la aparición de grietas han desatado esta gran inquietud. La zozobra ha alcanzado tales proporciones que los bomberos han llegado a recibir una media de dos llamadas diarias relacionadas con el supuesto mal estado de su edificio. En al menos tres de estos casos se comprobó que los temores estaban plenamente fundados y el riesgo de colapso del edificio era muy real.

El primero de los incidentes ocurrió la tarde del pasado domingo 18 de noviembre. Una vecina llamó a los servicios de emergencia alarmada por la súbita aparición de grietas en su casa. El epicentro del desastre se encontraba en un edificio en calamitosas condiciones situado en el número 10 de la calle Joan Mestre de Palma, en las proximidades de Pere Garau.

Dotaciones de Bombers de Palma respondieron a la llamada de auxilio y constataron que no se había tratado de una falsa alarma. Las vigas amenazaban con ceder y su estado extremadamente deteriorado no parecía compatible con una posible restauración.

El desalojo se hizo por fases. En primera instancia fueron evacuadas todas las personas residentes en el inmueble del número 10 de la calle Joan Mestre. Al día siguiente, la evacuación se extendió a la vuelta de la esquina. Resultaron afectados los vecinos de los inmuebles situado en los números 73, 73a y 73B. Con la colaboración de la Policía Local, 26 personas fueron desalojadas.

Los residentes meten sus enseres en una furgoneta.Declaración de ruina

La concejala de Vivienda del Ayuntamiento de Palma, Neus Truyol, hizo que se esfumaran por completo las esperanzas de los vecinos de regresar a sus casas. Confirmó la declaración de ruina y, por tanto, no podrían volver.

El pasado martes ocurrieron hechos similares. En lugar de las vigas eran los pilares los que estaban deteriorados en la sede del antiguo cine Astoria, en la céntrica calle Riera. Ante el riesgo de colapso, el edificio fue desalojado y precintado hasta que no se repararan las columnas.

Vigas apuntaladas en el inmueble.

El jueves el afectado fue un edificio de ocho plantas situado en el número 53b de la calle Sureda de La Soledat. Un arquitecto examinó minuciosamente el inmueble de cara a la Inspección Técnica de Edificios (ITE) y constató su mal estado. Todas las viviendas tuvieron que ser desalojadas. Los problemas afectaban tanto a columnas de la planta baja como a los dos pisos de las superiores.