Un nuevo desalojo, el tercero en menos de una semana, se llevó ayer a cabo en un edificio de ocho plantas en el barrio de La Soledat de Palma por motivos casi idénticos: un grave deterioro en las vigas que amenazaba con derrumbe. Unos 15 vecinos fueron conminados a recoger sus enseres y el inmueble quedó precintado.

El hallazgo de los graves desperfectos lo realizó un arquitecto que examinaba los pisos superiores en el número 53b de la calle Sureda cara a la Inspección Técnica de Edificios (ITE). Al realizar catas y ver los daños, lo comunicó. Bombers de Palma acudieron al lugar apuntalaron la estructura y fue precintado.