Una veintena de personas, convocadas por la plataforma Stop Desahucios, se han concentraron ayer por la mañana a las puertas de los juzgados de sa Gerreria, en Palma, para protestar contra la posibilidad de que un hombre, condenado en el pasado por malos tratos, pueda tener acceso a su nieta de cuatro años. La vista para dirimir el régimen de visitas, al que se opone la madre de la menor, se celebró ayer, aunque la decisión final se aplazó para que la jueza analice la documentación aportada por el abuelo.

Según ha manifestado Alma Vives, portavoz de Stop Desahucios y madre de la pequeña, "mi padre me ha demandado para tener un régimen de visitas a mi hija Victoria, que tiene cuatro años".

Vives relata que su padre fue condenado en 1995 por malos tratos a su madre, y ella cuenta con un informe pericial que confirma que sufrió abusos sexuales en su infancia. "A pesar de ello, los técnicos ahora han considerado que mi padre es apto para tener un régimen de visitas de una hora semanal en un punto de encuentro sin interferencia materna". El problema, según Vives, es que en el caso de que la niña tuviera que ir al baño, debería ir acompañada por su abuelo. "Y mi hija tiene ahora cuatro años, que es la edad que yo tenía cuando mi padre abusó de mí".

Alma Vives explica que, tras la condena por malos tratos a su padre, no ha tenido contacto con él. "No había vuelto a saber de él desde que tenía 16 años, y ahora tengo 28. Yo también sufrí violencia de género por parte de mi expareja, por lo que tuve que ingresar en un centro de acogida para mujeres maltratadas. Y desde allí le avisaron de que había tenido una nieta y le dieron mi número".

Según el relato de la joven, cuando estaba a punto de abandonar el centro y no tenía donde ir, habló en una ocasión con su padre, pero detectó de nuevo una conducta agresiva y no quiso volver a verle. "Hasta que las pasadas navidades me llegó la demanda, en la que reclamaba un régimen de visitas con mi hija".

El juicio para dirimir el régimen de visitas a las que tiene derecho el abuelo se ha celebraó ayer por la mañana en los juzgados de sa Gerreria. Alma Vives estuvo representada por el letrado Ernesto Mestre. En el juicio declararon tanto la mujer como su padre, que se reafirmaron en sus peticiones. La jueza dejó en suspenso la decisión final para revisar una serie de documentación aportada por el abuelo.