José Enrique Abuín ha asegurado este martes, a preguntas de la fiscal, que Diana Quer lo sorprendió en A Pobra mientras robaba gasóleo de un camión y que la "confundió" con una feriante, por lo que tuvo "miedo" de que le "delatara", pero que el homicidio fue accidental: "Mi intención no era matarla".

Ante el jurado popular en la primera sesión del juicio por el asesinato de la joven madrileña, 'El Chicle' ha asegurado que esa noche salió a robar gasóleo y que se encontró con la joven, que regresaba a casa tras asistir a las fiestas de la localidad, cuando portaba dos garrafas.

Ya que tenía antecedentes por narcotráfico y estaba pendiente de entrar en prisión si volvía a delinquir, Enrique Abuín ha afirmado que tuvo "miedo" a que la joven le "delatase" y "tener problemas con los gitanos", ya que la confundió con uno de los "feriantes".

Por ello, le "echó la mano derecha al cuello" y la cogió por detrás con la izquierda, sin "darse cuenta de la presión que hacía". "Cuando me di cuenta, no se movía, la golpee en la cara dos veces, pero no se movía. Mi intención no era matarla", ha añadido.

En todo caso, ha negado que metiese a Diana por la fuerza, aún viva, en su coche, que le quitase el móvil o que tuviese otra intención que el robo, admitiendo que, en todo caso, no avisó a la Policía al ver que no se movía. "Sé que lo hice mal, pero lo hice así", ha añadido.

'El Chicle', el asesino confeso de Diana Quer, se sienta en el banquillo. Agencia Atlas

"Cuando me di cuenta, estaba parada. No se movía. La golpeé en la cara dos o tres veces y no respondía", ha asegurado.

El Chicle ha sostenido que la muerte de la joven se produjo allí y que, por tanto, no la violó, ni la estranguló con una brida, como sostienen las acusaciones.

"No, eso no es verdad", ha respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal sobre una posible agresión sexual.

El Chicle ha sostenido que tras comprobar que la joven estaba muerta, en A Pobra do Caramiñal, la introdujo en los asientos traseros del coche con intención de deshacerse del cuerpo en la misma ría en la que arrojó el móvil la víctima.

"Al llegar a la altura del puente de Taragoña arrojé el móvil por la ventanilla porque mi primera intención era dejar el cuerpo en la ría", opción que desechó porque allí había gente que lo podía ver.

Tras descartar la ría como escenario para deshacerse del cuerpo, decidió llevarlo a una nave abandonada que él ya conocía porque había acudido a la misma para robar muebles: "Me acordé de la nave y la llevé".

Una vez en la nave, ha dicho, sacó el cuerpo de los asientos traseros de su vehículo, un Alfa Romeo, y desnudó a la joven con intención de que en su ropa no quedasen restos del tejido del coche en el que él la había transportado.

"Le saqué la ropa por miedo a que quedaran restos del coche", ha explicado, para a continuación especificar que le retiró "una blusa y un pantalón corto" pero que no sabe si la ropa interior también salió al tirar por el pantalón, aunque -ha remarcado- su intención no fue quitársela porque esas prendas no estuvieron en contacto con el vehículo.

Abuín Gey ha detallado que para introducir el cuerpo en el pozo en el que el cuerpo estuvo sumergido durante casi 500 días, levantó a la víctima por debajo de las axilas y luego le metió las dos piernas aunque el cuerpo flotaba.

"El cuerpo quedó flotando boca a bajo y fue cuando decidí coger dos bloques y los até, pero el cuerpo se quedó flotando igual. A pesar de los bloques el cuerpo flotaba igual", ha explicado.

Después, también tiró al pozo el bolso de Diana pero no así la ropa de la que, según su versión, se deshizo al día siguiente cerca de un desguace.