El municipio ibicenco de Sant Antoni resultó ayer el más afectado por el temporal de lluvia y viento que se vivió por la mañana en las Pitiüses. Sobre todo por el paso de al menos un ‘cap de fibló’ -pudieron ser dos-, que destrozó todo lo que encontró a su paso en una franja de varios kilómetros de longitud entre Cala Gració y Santa Agnès. Los centenares de árboles arrancados de raíz o con las ramas rotas obligaron al Consell a ordenar el cierre de varias carreteras por precaución. Concretamente la de Sant Antoni a Santa Agnès y la de Santa Agnès a Sant Rafel.

En la zona de Cala Gració el tornado se llevó volando buena parte del material de una obra de un edificio de viviendas entre los hoteles Accord y Casa Cook. Según relató un testigo, volaron parte de las casetas de la obra y las chapas de encofrado, además de todas las vallas de seguridad. Tres trabajadores que se habían refugiado en una de las casetas resultaron heridos al desplazarse ésta varios metros por la fuerza del viento. Los tres fueron atendidos en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario con diversas contusiones, aunque su estado no reviste gravedad.

Muy cerca, en la zona de Can Coix, los destrozos eran evidentes, con transformadores de la electricidad derribados, así como postes, árboles, contenedores de basura, muros y señales de tráfico. En el complejo deportivo se reventaron cristales.

Hasta las tres de la tarde de ayer se registraron 69 incidentes en Balears. En Mallorca hubo 36 de carácter leve, 30 en Eivissa y tres en Menorca. También hubo inundaciones y carreteras cortadas.