En apenas unos segundos un alijo de casi seis toneladas de hachís valorado en más de 32 millones de euros quedó convertido en cenizas y humo. Se trata de una de las mayores intervenciones de droga realizadas en Balears en los últimos años, capturada por agentes de Vigilancia Aduanera el pasado mes de mayo en un barco a unas cien millas de Eivissa. La droga fue conducida a las instalaciones del Consell entre rigurosas medidas de seguridad, y con un grupo de agentes de Aduanas fuertemente armados.

El jefe de la Unidad Regional Operativa de Aduanas, Carlos González, explicó que la intervención de la droga se llevó a efecto el asado 13 de mayo, cuando dos de las patrulleras de Aduanas interceptaron un velero sospechoso, el Open Sea 5, que cubría la ruta entre el norte de África y Europa. Cuando los agentes lo abordaron, descubrieron que la bodega estaba repleta fardos de hachís. En total, 5.832 kilos, valorados en más de 32 millones de euros.

La operación se vio complicada por el mal estado del mar, con olas de cuatro a cinco metros, y los tirpulantes del Open Sea 5 intentaron hundir el barco abriendo vías de agua en su interior, pero la rápida intervención de los agentes de Aduanas lo evitó.

Carlos González destacó la eficacia del control que se está realizando en la ruta del narcotráfico entre África y Europa, que permitió que una semana después fuera capturado en la costa de Murcia otro barco, el Elg, con doce toneladas de hachís.

En el acto de ayer en Son Reus estuvieron presentes el delegado del Gobierno en Funciones, Ramón Morey; el delegado especial de la Agencia Tributaria, Arnau Cañellas; el jefe de la Unidad Regional Aeronaval de Aduanas, Alejandro Camarero; y el jefe de Sanidad Exterior, Raúl Izquierdo.