Una presa y su madre fueron condenadas ayer por introducir droga en la cárcel de Palma. La progenitora llevó a la reclusa hachís y heroína para que los vendiera en el centro penitenciario, según reconocieron las dos mujeres en el juicio. La interna aceptó un año y medio de prisión por tráfico de drogas, al apreciarse la atenuante de toxifrenia, y su madre se conformó con una pena de dos años y tres meses de reclusión con la agravante de reincidencia.

Como confesaron las acusadas, de 42 y 64 años, ambas se concertaron para introducir estupefacientes en la cárcel de Palma, donde la hija estaba cumpliendo condena. Su intención era vender la droga a otros internos.

La madre acudió el pasado mes de abril a visitar a su hija y fue sometida al cacheo habitual. La acusada dejó sus efectos personales en una taquilla para que agentes de la Guardia Civil los revisaran. Así, los funcionarios descubrieron que llevaba 50 gramos de resina de hachís, valorados en 275 euros, y casi dos gramos de heroína, que habrían alcanzado un valor de 108 euros. La madre fue arrestada y desde entonces permanece encarcelada por estos hechos.