Un hombre fue condenado ayer por saltarse un control de alcoholemia en la autopista de Llucmajor y estar a punto de arrollar a dos guardias civilesLlucmajor durante una peligrosa persecución d, circulando en dirección contraria y saltándose semáforos en rojo. Al quedar acorralado en la entrada de un finca, usó el coche como ariete para entrar y logró escapar. Pero fue arrestado cinco días después y ayer aceptó una condena de medio año de cárcel, 15 meses de retirada del carné y una multa de 900 euros por conducción temeraria y daños.

Los hechos, según reconoció el procesado, de 33 años, ocurrieron el 11 de agosto de 2018. Poco antes de las cuatro de la madrugada, el hombre circulaba por la autopista de Llucmajor al volante de un Audi A3. En la rotonda de Es Pil·larí se dio de bruces con un control de alcoholemia de la Guardia Civil y un agente le dio el alto. El conductor no solo no se detuvo, sino que aceleró y obligó al funcionario a saltar para no ser atropellado para acto seguido huir a toda velocidad.

La Guardia Civil fue tras él. El coche abandonó la autovía en la salida del polígono de Son Noguera, circulando por la rotonda en sentido contrario al establecido y dirigiéndose hacia Llucmajor por la carretera Ma-6020.

Ya en la entrada del pueblo, los agentes consiguieron interceptar el turismo poniendo su vehículo ante él. Uno de los guardias fue hacia el fugitivo y cuando estaba a un metro del Audi A3, le ordenó que se apeara. El hombre optó entonces por dar marcha atrás de forma brusca, atravesando la mediana de separación de los carriles y obligando al conductor de otro coche a frenar en seco para no chocar. Y siguió con su huida.

De nuevo estuvo a punto de llevarse por delante a uno de los agentes, que se apartó de su trayectoria in extremis, y tomó dirección Campos, saltándose todos los semáforos en rojo que se encontraba en su camino.

El coche entró a toda velocidad en el camino de Son Marrano, ocupando los dos carriles. En una curva muy cerrada, el conductor perdió el control y acabó en la puerta de entrada de una finca rústica. Los agentes de la Guardia Civil lo acorralaron, situando su vehículo detrás para evitar que escapara.

Pero el hombre no se dio por vencido. Golpeando varias veces la puerta con el Audi A3, logró abrirla y se adentró con el coche en el terreno. Finalmente, se apeó y siguió escapando a pie, dejando allí su vehículo y logrando dar esquinazo a los agentes. Los investigadores consiguieron detenerlo cinco días después.

El acusado compareció ayer en un juzgado de lo penal, procesado por delitos de conducción temeraria y daños. Su abogado y el fiscal alcanzaron un acuerdo de conformidad y el hombre se declaró autor de ambos delitos.

El acusado aceptó seis meses de prisión y la retirada del carné durante 15 meses por la conducción temeraria. Las partes acordaron que la pena de cárcel quede suspendida durante tres años a condición de que no vuelva a delinquir. Por los daños causados en la finca se conformó con abonar una multa de 900 euros y se le apreció la atenuante de reparación del daño por el dinero consignado para indemnizar al propietario del terreno.