La Audiencia de Palma condenó el martes a un joven a dos años de prisión por abusar sexualmente de sus dos sobrinas, de diez y once años, a las que sometió a tocamientos íntimos en el domicilio familiar que compartían en la ciudad en mayo de 2016.

El acusado, de 25 años y originario de Ecuador, reconoció los hechos ante el tribunal de la sección segunda. Precisamente, cuando los policías acudieron a su vivienda hace tres años al tener conocimiento del caso, el muchacho ya admitió lo ocurrido e, incluso, se sometió a un tratamiento psicológico.

El sospechoso se declaró autor de dos delitos de abuso sexual a un menor de edad. Aceptó sendas penas de un año de cárcel por cada delito. La sala dictó sentencia ´in voce´ contra él y leimpuso también la prohibición de aproximarse y comunicarse con sus dos sobrinas durante cinco años.

En concepto de responsabilidad civil, el encausado tendrá que indemnizar a las víctimas con 2.000 euros. Esta cantidad ya fue consignada en el juzgado, por lo que se le ha apreciado la circunstancia atenuante de reparación del daño.

El tribunal también ha tenido en cuenta la atenuante analógica de colaboración con la justicia, ya que el joven asumió los hechos desde el primer momento y colaboró en todo lo posible para disminuir los efectos perniciosos de sus actos.

La sentencia ya es firme. El abogado defensor pidió la suspensión de la pena y la fiscal no se ha opuesto.

Los hechos se remontan al pasado 6 de mayo de 2016, por la tarde, cuando el acusado, tío carnal de las dos perjudicadas, de diez y once años, se metió en la cama con sus sobrinas y les realizó tocamientos por debajo de la ropa interior en el domicilio familiar que compartían en Palma. Acto seguido, el sospechoso se bajó los pantalones y continuó con los tocamientos íntimos.

Según la fiscalía, el joven actuó con la intención de satisfacer sus deseos libidinosos. Tras ser detenido, siguió un tratamiento psicológico y depositó en la cuenta del juzgado 2.000 euros para hacer frente a las futuras indemnizaciones de las menores.

El 7 de mayo de 2016 un juzgado de instrucción de Palma dictó un auto en el que prohibía al encausado acercarse y comunicarse con sus dos sobrinas y también le ordenaba abandonar la vivienda familiar.