La conductora acusada del atropello mortal de la adolescente de 15 años Paula Fornés en sa Ràpita cuando conducía ebria alega que era alcohólica. Su abogado presentó ayer, en una nueva vista previa del caso donde quedó patente la falta de acuerdo entre las partes, un informe sobre el tratamiento que ha recibido la mujer en la Unidad de Conductas Adictivas tras el accidente. La sospechosa ha depositado 20.000 euros para hacer frente a las indemnizaciones en caso de ser condenada. La defensa reclama la absolución de la mujer, frente a los cinco años de cárcel que reclama la fiscalía y los once solicitados por la acusación particular, pero busca así introducir atenuantes si finalmente es declarada culpable. El juicio se celebrará entre el 12 y el14 de noviembre.

La acusada, Renata G., polaca de 45 años, estuvo durante toda la sesión con la cabeza gacha. Su abogado, Miquel Àngel Ordinas, insistió en que tras el siniestro se vulneraron los derechos de la mujer. Alegó que cuando dio positivo en la prueba de alcoholemia no se le informó debidamente de que podía solicitar una prueba de contraste, ya que "no habla ni comprende" el castellano. Además, planteó que el etilómetro no cumplía los requisitos legales y, por tanto, la prueba es nula.

El letrado de los padres de la víctima, Daniel Castro, que ejerce la acusación particular, replicó con contundencia. "Entiende los derechos que le conviene", sentenció tras recordar que al ser arrestada sí ejerció los derechos a comunicar el arresto a un familiar y designar un abogado. Además, recordó que la procesada ya fue condenada en 2015 por conducir ebria, incidiendo en que en aquel juicio reconoció los hechos y aceptó una sentencia de conformidad sin necesidad de intérprete. "Tres años después se le había olvidado el castellano", ironizó Castro.

Una quincena de familiares y amigos de la adolescente fallecida, entre ellos sus padres, estuvieron presentes en la vista. Llevaban camisetas con la fotografía de la menor y el lema "Justicia para Paula". La tensión estalló cuando la acusada se marchaba en taxi de los juzgados y algunos allegados a la víctima la increparon y golpearon el vehículo.

La falta de acuerdo entre las partes llevó al magistrado del juzgado de lo penal número 3 de Palma a fijar el inicio del juicio para el próximo 12 de noviembre. Está previsto que la vista oral se prolongue durante tres días.

Renata G. está acusada de delitos de homicidio y lesiones imprudentes, falsedad en documento público y conducción sin permiso y temeraria. Según las acusaciones, cuando arrolló a la víctima en la madrugada del 24 de junio de 2018, circulaba en estado ebrio -cuadruplicó la tasa máxima permitida-, con un carné de conducir polaco falso y sin seguro. Su marido, dueño del coche, figura como responsable civil.

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