La pasada semana culminó una larga investigación, desarrollada durante el pasado verano entre la Policía Nacional y Policía Local, que se montó para terminar con una organización, formada por ciudadanos de Senegal, que controlaba el tráfico de drogas callejero en las zona de la Playa de Palma y s'Arenal de Llucmajor.

Esta operación se inició en el mes julio. Se decidió desarticular la organización en varias fases, debido al complejo y sofisticado entramado que habían organizado los sospechosos para controlar la venta callejera. Los integrantes de la organización estaban divididos en diferentes categorías y disfrutaban de la colaboración de proveedores e intermediarios. Se aprovechaban de la misma organización que habían montado años atrás los vendedores callejeros. Dado que vendían en la calle sus principales clientes eran los turistas, a los que se les ofrecía comprar cocaína o marihuana.

Los policías fueron testigos del momento en el que los sospechosos estaban vendiendo la droga a sus clientes. Los traficantes se turnaban entre ellos y casi todos cumplían un horario fijo de ocho horas al día, antes de ser sustituidos. Ocupaban siempre el mismo lugar y el suministrador que les facilitaba la droga para su venta se movía en bicicleta. Las ganancias las depositaban en las oficinas de varios locutorios. Desde allí enviaban el dinero a los jefes de la organización en Senegal.

También se dedicaban, según detalló ayer la Policía, a comprar joyas y otros efectos de valor a otras organizaciones de delincuentes. Todo este material lo enviaban a Senegal, con el que obtenían altas ganancias.

La operación, además de la detención de diez personas, se ha saldado con la intervención de 55.000 euros en efectivo y 75 terminales móviles, así como documentos sustraídos y más de 1.000 camisetas de fútbol falsificadas. Se busca a los dueños de los teléfonos sustraídos.