Un hombre ha sido condenado a un año y medio de prisión por abusar sexualmente de una joven en el ascensor de una finca en Palma. El acusado se coló en el edificio simulando ser un vecino, cuando la mujer regresaba a su casa de madrugada, y se metió con ella en el elevador. Allí se agachó, le metió la mano por debajo del vestido y le tocó la vagina. El magistrado sostiene en la sentencia que la intención del hombre "iba más allá de unos simples tocamientos" y destaca la "reacción heroica" de la víctima, que empujó y golpeó al hombre para apartarlo. El condenado, que durante el juicio negó ser el autor de los hechos pero fue identificado sin ninguna duda por la chica, deberá indemnizar a la joven con 2.000 euros por el daño moral causado. "Nunca más saldrá por la noche, entrará en su portal o ascensor de la misma forma que hacemos los demás", concluye el magistrado en la sentencia.

Los hechos ocurrieron poco antes de las seis de la madrugada del 22 de septiembre de 2018. Según declara probado la sentencia del juzgado de lo penal número 3 de Palma, el hombre, colombiano de 30 años, vio que la mujer estaba a punto de entrar en el portal de su finca, cerca de la plaza París. La siguió y se coló con ella en el edificio. La víctima creyó que era un vecino del inmueble y ambos montaron en el ascensor.

Cuando la mujer pulsó el botón de la planta donde residía y las puertas se cerraron, el acusado desveló sus intenciones. De repente, se agachó y metió la mano por debajo del vestido de la víctima hasta llegar a tocarle la vagina.

La mujer tuvo que empujarle y golpearle. "Empecé a increparle y a darle golpes en la cara. Me dijo que lo sentía y cuando llegamos a la séptima planta salió corriendo escaleras abajo", relató la víctima durante el juicio celebrado hace unas semanas en Palma. El hombre se dio a la fuga y la mujer alertó a los servicios de emergencias, presa de un ataque de ansiedad.

El ahora condenado fue arrestado cuatro días después y siempre ha negado su implicación. Durante la vista oral dijo que la noche en cuestión estaba en su casa. "No sé ni dónde está esa calle", afirmó sobre el lugar de los hechos. "Estuve todo el fin de semana encerrado en mi casa. Un día antes, una chica me denunció por lo mismo", afirmó.

El magistrado considera que la declaración de la víctima es lo suficientemente sólida para desvirtuar la presunción de inocencia del hombre. El juez destaca su persistencia en el relato y, sobre todo, en la identificación que hizo del acusado. La mujer afirmó que se fijó "bien" en la cara del agresor porque había "buena" iluminación. Su descripción permitió a la Policía identificar al autor de los abusos, al que además reconoció sin ninguna duda tanto en las fotografías que le mostraron los investigadores en su día como durante el juicio.

La sentencia afirma también que no puede considerarle una "mera casualidad" que otra chica, menor de edad, denunciara al mismo hombre por hechos similares en aquellas fechas y que el acusado estuviera "escondido" cuando la Policía fue a arrestarlo.

El juez entiende que la intención del hombre iba más allá de los tocamientos que cometió y que fue la "reacción heroica" de la mujer enfrentándose a él lo único que lo evitó. Por ello, le considera autor de un delito de abuso sexual y le impone una pena de un año y medio de prisión.

En la sentencia, el magistrado considera adecuada la indemnización de 2.000 euros para la mujer solicitada por la fiscalía. La estima justificada "no solo por el estado de ansiedad que sufrió la víctima, también porque con toda seguridad ya nunca más saldrá por la noche, entrará en su portal o ascensor de la misma forma que lo hacemos los demás", concluye. El fallo no es firme y contra él cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial.