Un hombre negó ayer durante el juicio en la Audiencia Provincial haber incendiado un piso que tenía alquilado en la barriada de La Soledad, en Palma, mientras los tres inquilinos estaban durmiendo dentro. Uno de ellos sufrió quemaduras y los otros dos resultaron intoxicados y tuvieron que saltar por una ventana para huir del fuego, que arrasó el inmueble y causó daños en otros dos pisos de la finca. El sospechoso tenía prohibido acercarse a la vivienda y a los moradores por haber irrumpido en ella por la fuerza y causado importantes destrozos unas semanas antes del siniestro. La fiscalía y el abogado de la acusación particular, Fernando Mateas, reclaman para él una condena de 15 años de cárcel por un delito de incendio y 9.000 euros de multa por dos delitos de lesiones leves y otro de quebrantamiento de medida cautelar.

El procesado compareció ayer en la vista celebrada en la sección segunda de la Audiencia Provincial y se negó a responder a la fiscalía y la acusación particular, explicaron fuentes jurídicas. Sí contestó a su abogado para negar que cuando ocurrieron los hechos estuviera en los alrededores del domicilio incendiado. Un testigo contradijo después esta versión, asegurando que el hombre fue visto por la zona aquella noche. Está previsto que el juicio continúe hoy con la declaración de otros testigos y mañana con las pruebas periciales.

Los hechos ocurrieron hacia las dos de la madrugada del 10 de septiembre de 2016. Según el relato de las acusaciones, A.E.C., de 44 años, se acercó a la vivienda que tenía alquilada a una mujer y su hijo, en la planta baja de un bloque de pisos de la calle Son Nadal, en la barriada palmesana de La Soledad. Levantó una persiana y prendió fuego a una cortina. Las llamas se extendieron con rapidez.

Una lengua de fuego despertó a los tres inquilinos. Tuvieron que saltar por una ventana para escapar, mientras el humo se extendía hasta la tercera planta. Uno de los moradores sufrió quemaduras en la cara y los otros, intoxicaciones por inhalación de humo. El fuego destruyó la planta baja, causando daños valorados en 9.145 euros, y el resto de la finca padeció destrozos por valor de 31.228 euros.

El acusado fue detenido por la Policía nueve días después y estuvo más de tres meses en prisión preventiva. Unas semanas antes del incendio, el 20 de julio de 2016, un juzgado de Palma le prohibió como medida cautelar acercarse a dos de los inquilinos y a la vivienda después de que el procesado, que al parecer exigía más dinero del acordado a las víctimas, irrumpiera en la casa y la destrozara. Por este episodio el hombre ya fue condenado como autor de un delito leve, según recoge la fiscalía en su escrito de acusación.

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