El menor de 17 años fallecido el jueves en sa Coma mientras realizaba pesca submarina pudo sufrir una intoxicación por dióxido de carbono. Su acumulación en la sangre se pudo deber a un sobresfuerzo que, finalmente, desencadenó su muerte.

Los hechos ocurrieron en la mañana del jueves. Pau Martínez, residente en Manacor, había zarpado del puerto de Porto Cristo en compañía de un amigo. Los dos adolescentes llegaron a Punta de n'Amer, en Sant Llorenç des Cardassar, y uno de ellos se quedó en la barca. Mientras, Pau se sumergió para practicar su deporte favorito junto al baloncesto: la pesca submarina. Cuando el menor de su misma edad que estaba en la superficie no tenía noticias de su amigo, después de largo tiempo la inmersión, avisó a los servicios de emergencia.

Un dispositivo especial se activó en torno a Punta de n'Amer. Efectivos de Salvamento Marítimo y buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil acudieron en su busca. De hecho, hasta un practicante de parapente se ofreció a comunicar si divisaba al menor desde las alturas.

Los submarinistas del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) se encargaron de recuperar el cuerpo. La víctima había acudido a realizar pesca submarina y había quedado tendida en el fondo, sin posibilidad de salir del mar por sus propios medios.

Las primeras pesquisas apuntaron a que la víctima podría haber sufrido una intoxicación por dióxido de carbono en la sangre. La denominada hipercapnia. Se trata de un accidente muy habitual entre los practicantes de la apnea. La excesiva concentración de dióxido de carbono en el cuerpo de Pau Martínez pudo haber desencadenado su desvanecimiento y posterior muerte.

Después de largas horas de búsqueda, sobre las tres y media de la tarde del jueves, los buceadores de la Guardia Civil encontraron el cuerpo inerte del menor a 16 metros de profundidad. No había entonces ya la menor posibilidad de reanimarle, debido a que había fallecido hacía tiempo.

Los síntomas que presentaba la víctima resultaron muy familiares a los investigadores. De hecho eran compatibles con los que presentan muchos practicantes de pesca submarina o de apnea: la hipercapnia o intoxicación por dióxido de carbono.

La prolongada contención de la respiración de un practicante de pesca submarina a pulmón libre o apnea, y la consiguiente acumulación de anhídrido carbónico puede derivar en dolor de cabeza, debilidad, fatiga, somnolencia o desmayo e inconsciencia que puede finalizar en la muerte.

Banderas a media asta

El fallecimiento de Pau Martínez Bosch, de 17 años, provocó una profunda consternación en Manacor. El adolescente era hijo de un agente de la Policía Local de Manacor. Por este motivo, numerosos policías se concentraron ayer ante el consistorio durante la celebración de un minuto de silencio en su recuerdo.

Las banderas también ondearon ayer a media asta en el Ayuntamiento de Manacor en señal de duelo por el trágico fallecimiento de Pau Martínez Bosch.

Además, el adolescente fallecido el jueves era un destacado miembro del equipo de baloncesto Bàsquet Manacor y el luto se extendió al mundo del deporte.

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