La organización de narcotraficantes desmantelada ayer en Mallorca disponía de un entramado para tener una posición preeminente en el mercado de los estupefacientes. Disponían de los contactos para importar la cocaína en roca, de gran pureza, directamente desde Colombia. Además, contaban con su propio laboratorio en Lloseta con el que podían cortar la mercancía a su antojo y multiplicar hasta por diez los beneficios. Solo estos 90 kilos intervenidos entre el país sudamericano y la localidad mallorquina podrían alcanzar la suma de 54 millones de euros.

Los principales clientes de esta organización de narcotraficantes eran los distribuidores que la ponían a disposición de los consumidores en distintos puntos de venta de Mallorca. Su logística era tan compleja que habían logrado extenderse a mercados de estupefacientes tan disputados como el de Madrid o el de Barcelona.

Los investigadores de la Guardia Civil se habían topado en los últimos meses con una organización que había hecho de la venta de cocaína de gran pureza su seña de identidad. Raramente llegaba en este estado directamente al consumidor. Su elevadísima pureza rondaba el 100% y podría verse rebajada varias veces con sustancias de corte sin que el cliente final rechistara.

El hallazgo ayer de un sofisticado laboratorio de tratamiento de cocaína en un sótano de un chalé en el camí de sa Clota sorprendió incluso a muchos de los investigadores más veteranos. Máxime cuando se habían topado entre las prensas y la infinidad de productos químicos con una cocaína pata negra. Su pureza extrema garantizaba un descomunal margen de beneficio para los narcotraficantes.

A medida que avanzaron las pesquisas, los investigadores del Equipo de Crimen Organizado (ECO) y de la Policía Judicial de Algaida de la Guardia Civil tomaron conciencia de que se encontraban con un entramado de narcotraficantes fuera de común. De hecho, tuvieron que estrechar la colaboración con la Policía colombiana para atajar el tráfico de drogas en origen.

Beneficio multiplicado por diez

Los agentes del país sudamericano tomaron buena nota de las pautas marcadas por los agentes del instituto armado de Balears. Así, interceptaron un cargamento de 80 kilos de cocaína pura en un contenedor a bordo de un carguero cuando estaba a punto de zarpar hacia Mallorca, con escala en Algeciras. Esta cantidad de droga unida a los diez kilos de hallados en el laboratorio de Lloseta supondría por sí solo unos ingresos de 5,4 millones de euros.

Si a este hecho se suma el margen para multiplicarla por diez, mediante sustancia de corte, el beneficio se podía disparar hasta alcanzar los 54 millones de euros.

La 'Operación Crótalo' fue estrechando el cerco en torno a una de las organizaciones de narcotraficantes con la mayor capacidad para capitalizar el tráfico de cocaína en Mallorca. Se habían convertido una referencia en el mercado de las sustancias estupefacientes en la isla. Esta escalada de esta banda fue abortada abruptamente con el golpe asestado en Colombia y culminado ayer con las detenciones.