Un hombre de 46 años sufrió este martes graves quemaduras al explotar la lancha en la que navegaba junto a su padre, de 71 años, en la costa de Port Adriano, en Calvià. La víctima sufrió lesiones en el 30 por ciento del cuerpo y fue evacuada a Son Espases, desde donde estaba previsto llevarla a un hospital de Madrid. El padre resultó ileso, pero precisó asistencia médica por problemas cardiacos. La embarcación, de unos 10 metros de eslora, quedó envuelta en llamas y acabó yéndose a pique.

Poco antes de las once de la mañana, los dos hombres zarparon de Port Adriano. Instantes después, se produjo una deflagración en la lancha, que quedó envuelta en llamas y bajo una densa columna de humo negro. Los dos navegantes acabaron en el agua, ya que al parecer salieron despedidos debido a la explosión. Numerosos testigos alertaron de inmediato a los servicios de emergencias.

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Trasladado a Madrid

Marineros del puerto, trabajadores del Ayuntamiento de Calvià acudieron enseguida al lugar. Lograron rescatar a las víctimas y llevarlas a tierra, mientras dos ambulancias del Ib-Salut, una embarcación de Salvamento Marítimo, dotaciones de los Bombers de Mallorca y patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local llegaban a Port Adriano.

El hijo fue quien se llevó la peor parte. Los efectivos sanitarios comprobaron que presentaba quemaduras de segundo grado en el 30 por ciento de la superficie corporal. Fue evacuado en ambulancia a Son Espases, donde ingresó en estado grave, y estaba previsto que a lo largo del día fuera trasladado a la unidad de quemados del hospital La Paz, en Madrid, ciudad donde reside el hombre. Su padre resultó ileso en la explosión, pero estaba muy afectado por lo ocurrido y acabó siendo atendido en el centro médico de Santa Ponça por sus problemas cardiacos.

La embarcación Salvamar Acrux, de Salvamento Marítimo, asumió las labores de extinción del incendio. Los especialistas lograron sofocar el fuego, pero no pudieron evitar que la lancha se fuera a pique. Tras recoger los restos que flotaban por la zona, comprobaron que el barco hundido no suponía ningún peligro medioambiental ni ponía en riesgo la navegación en la zona. Será el propietario de la lancha siniestrada quien deba asumir el reflotamiento y la retirada, según explicaron fuentes de Salvamento Marítimo.

La Guardia Civil, por su parte, se encargará de investigar las causas de la explosión en la embarcación. La principal hipótesis apunta a un problema mecánico, aunque será necesario examinar los restos de la lancha en busca de pruebas sobre lo ocurrido.