La autopsia al cadáver de un hombre hallado el domingo en un apartado paraje junto a la carretera de Cap Blanc, en Llucmajor, ha permitido descartar que fuera asesinado. El forense no encontró ninguna lesión mortal en el cuerpo y, a la espera de pruebas complementarias, la principal hipótesis es que el fallecimiento fue por causas naturales. Su avanzado estado de descomposición llevó al especialista a situar la muerte hace unos tres meses. La Guardia Civil seguía ayer intentando averiguar la identidad del hombre, de unos 40 años. Los agentes están llevando a cabo diversas gestiones para aclarar quién era la víctima, aunque todos los indicios apuntan a que se trata de de Josep Bausà Roig, un vecino de Sant Joan desaparecido desde el pasado 17 de junio.

El cadáver fue hallado por un senderista poco antes de la tres de la tarde del domingo a la altura del kilómetro 15,4 de la carretera Ma-6014, la que lleva a Cap Blanc. El cuerpo estaba en un paraje solitario, en una zona boscosa, entre la calzada y los acantilados. El forense y los agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar no apreciaron signos evidentes de violencia, pero el mal estado de los restos complicó la búsqueda de lesiones. Ya entonces advirtieron que el fallecimiento se había producido hace varias semanas. La Policía Judicial y el Servicio de Criminalística llevaron a cabo una inspección ocular en los alrededores en busca de otras evidencias.

Tras comunicar el hallazgo al juzgado de instrucción número 9 de Palma, en funciones de guardia, el cadáver fue trasladado a Son Espases, donde fue sometido a una prueba radiológica para localizar posibles lesiones internas que revelaran la causa de la muerte. No se encontraron.

La autopsia practicada ayer en el Instituto de Medicina Legal de Palma despejó algunas incógnitas. El forense descartó que el hombre fuera asesinado, ya que no se apreció ningún signo de violencia. Además, fechó la muerte hace unos tres meses, durante la primavera, y estimó en unos 40 años la edad de la víctima.

Descartada la mano criminal, todo apunta a una muerte natural. No obstante, se tomaron varias muestras del cadáver para remitirlas al Instituto Nacional de Toxicología y aclarar si la persona había consumido drogas o ingerido alguna otra sustancia. Los resultados, que se demorarán algunas semanas, podrían confirmar la causa exacta del fallecimiento.

La principal incógnita del caso sigue siendo la identidad del hombre, que no llevaba consigo ninguna documentación. La Policía Judicial de la Guardia Civil está realizando intensas gestiones para identificar al fallecido. A falta de confirmación oficial, todos los indicios apuntan a que se trataría de Josep Bausá Roig, un vecino de Sant Joan que estaba desaparecido desde el pasado 17 de junio.

Por otra parte, el instituto armado investiga la muerte de una anciana de 79 años cuyo cadáver fue hallado con un golpe en la cabeza el pasado domingo de madrugada en su domicilio de Son Verí Nou, en Llucmajor. Las primeras pesquisas apuntaban a que la mujer falleció por causas naturales.