Las pérdidas por el incendio que esta madrugada ha arrasado las instalaciones que la empresa Aquicultura Balear tiene en es Carnatge, en Palma, son millonarias. Las cubas, que ocupaban un espacio de 2.000 metros cuadrados junto al hospital Sant Joan de Déu, han quedado completamente destruidas por el violento incendio que ha obligado a intervenir a practicamente todas las dotaciones de bomberos disponibles desde la una y media hasta las seis y media de la madrugada. El incendio no ha provocado daños personales salvo un bombero, que ha resultado herido en una pierna al caer mientras participaba en las tareas de extinción.

Según la información facilitada por los Bombers de Palma, el fuego se ha declarado sobre la una y media de la madrugada en el interior de las instalaciones que la empresa Aquicultura Balear tiene en es Carnatge, en el espacio que ocupaba la antigua central eléctrica de Gesa. Se trata de un gran número de cubas llenas de agua, en la que eclosionan las huevas de lubinas y doradas que cría la empresa, antes de pasar a otras instalaciones en el mar.

Estas cubas, cubiertas de plásticos como un invernadero, ocupaban un espacio de unos 2.000 metros cuadrados. Contaban con un sistema de calefacción y refrigeración para mantener estable la temperatura del agua donde se crían los peces. Precisamente una de las hipótesis que se manejan por ahora es que el fuego tuviera un origen eléctrico, y se extendiera con rapidez por los entoldados de plástico.

Cuando las primeras dotaciones de Bombers de Palma llegaron al lugar, sobre la una y media de la madrugada, se encontraron con que las llamas habían alcanzado ya una gran fuerza. Las instalaciones, una estructura de metal cubierto de plástico, ardieron como teas. Los bomberos tuvieron que trabajar durante horas para tratar de contener las llamas, pero resultó imposible extinguir el incendio hasta que consumió el plástico.

Los equipos de extinción protegieron especialmente unos depósitos de oxígeno y gas propano, utilizado como combustible para mantener la temperatura del agua. Fuentes de los equipos de extinción explicaron que la instalación estaba a la distancia oportuna, y no representó un riesgo.

Los bomberos movilizaron a dotaciones de los parques de Son Malferit y Playa de Palma, y requirieron la colaboración de Emaya, que aportaron cubas de agua para contener las llamas. El fuego no quedó sofocado hasta las seis y media de la madrugada, cinco horas después de su inicio.

Durante las tareas de extinción, uno de los bomberos metió una pierna en un agujero de terreno y sufrió una lesión en la rodilla, por lo que tuvo que ser traslado a Son Espases. No hubo más daños personales, aunque la intensidad del fuego provocó una gran alarma entre los pacientes y empleados del hospital San Joan de Déu, así como los vecinos del Coll den Rebassa y Cala Gamba.

Las instalaciones quemadas son propiedad de la empresa Aquicultura Balear, que se dedica a la producción de peces, en especial doradas y lubinas. Las cubas arrasadas estaban destinadas a albergar miles de huevas durante su eclosión. Las pérdidas provocadas por el fuego son millonarias.

Durante esta mañana, agentes del grupo de Policía Científica de la Policía Nacional han realizado un examen del lugar, como primera fase de la investigación para determinar el origen del incendio. Estas pesquisas pueden ser muy largas.